Aplican especialistas estimulación magnética contra adicción al alcohol

Ya han sido atendidos 48 pacientes con está técnica de pulsos a través del cráneo, que modulan la actividad neuronal



Foto: UNAM

Un equipo de especialistas del Instituto de Neurobiología de la UNAM desarrolló una técnica no invasiva de estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) para combatir la adicción al alcohol. La investigadora Alejandra López Castro explicó que, cuando se desarrolla dependencia, el alcohol “secuestra” el sistema de recompensas cerebral, desplazando motivaciones vitales como la familia, el trabajo o la educación.

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El tratamiento se enfoca en regiones clave de la corteza prefrontal y la corteza dorsolateral prefrontal, responsables de la toma de decisiones, el control de impulsos y la regulación emocional. Asimismo, se estimula el núcleo accumbens, vinculado al placer y la conducta adictiva, empleando ondas beta de alta frecuencia (10 Hz) para restablecer la respuesta a estímulos naturales.

Durante la sesión, una bobina emite campos magnéticos sobre el cuero cabelludo que atraviesan el cráneo y generan corrientes eléctricas en el tejido cerebral. Estos pulsos modulan la actividad neuronal, las frecuencias elevadas facilitan el funcionamiento de las neuronas, mientras que las bajas lo inhiben. La UNAM utiliza una frecuencia de 10 Hz, ideal para reforzar circuitos de autocontrol y reducir antojos.

En la Unidad de Neuromodulación del campus Juriquilla, Querétaro, ya han sido atendido 48 pacientes. El protocolo comprende 32 sesiones distribuidas en cuatro semanas, con evaluaciones antes y después del tratamiento para medir cambios cerebrales y conductuales. Según López Castro, los participantes han disminuido su consumo de alcohol y prolongado sus periodos de abstinencia.

El procedimiento excluye a personas con placas metálicas en la cabeza, antecedentes de convulsiones o traumatismos craneales severos. Además de adicciones, la rTMS muestra resultados prometedores en pacientes con depresión, ansiedad y secuelas de accidente cerebrovascular.

Detalló que las áreas en tratamiento son las de la corteza prefrontal, la corteza dorsolateral prefrontal, ambas cruciales en funciones como la planificación, toma de decisiones, regulación emocional, memoria de trabajo y control de impulsos; el núcleo accumbens, relacionado con la motivación, recompensa, placer y conductas adictivas; y las ondas beta, de alta frecuencia y asociadas con estados de alerta, concentración y pensamiento lógico.

De acuerdo con la universitaria, estas regiones generan que encontremos aquello que nutre nuestra vida: la familia, tener una buena educación y un trabajo, por ejemplo. “Son estímulos recompensantes que, en presencia de una adicción al alcohol, tienen efectos neuroquímicos y conductuales y pierden protagonismo”, señaló la especialista.

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Los interesados en conocer más sobre este programa pueden contactar al equipo de la UNAM vía WhatsApp al 55 1374 5485 o por correo electrónico en neuromod@inb.unam.mx.