Aranceles por seguridad, ¿acuerdo o extorsión? 

Una extorsión es una situación en la que un individuo o una comunidad es presionada u obligada, a través de la amenaza de violencia o coacción



Una extorsión es una situación en la que un individuo o una comunidad es presionada u obligada, a través de la amenaza de violencia o coacción, para hacer o dejar de hacer algo que, de no hacerlo, se materializaría en una coerción. Por otra parte, un acuerdo o convenio se lleva a cabo en igualdad de condiciones entre dos o más partes sobre un asunto en particular, basado en un acuerdo de voluntades para crear, regular, modificar o extinguir alguna relación existente. 

Conociendo ambos conceptos, ahora veamos si el anuncio llevado a cabo en este mes que transcurre por parte del presidente Trump sobre “la imposición”, que no el “acuerdo” del 25% al 50% de aranceles de México, cae en alguno de los dos supuestos.

¿Acuerdo o extorsión? Dudo que el gobierno mexicano haya acordado arancel alguno para combatir la delincuencia organizada en nuestro territorio, además de parar el flujo migratorio en la frontera sur del vecino país; al contrario, operó una extorsión velada: 

“… o frenas de inmediato el flujo de fentanilo a mi país combatiendo abiertamente la delincuencia organizada y controlas el flujo migratorio o te impongo un arancel a tus productos del 25%…”.

Ahí está claramente la imposición de una amenaza de un individuo (el presidente Trump) a una comunidad (México) para hacer (combatir la delincuencia organizada) o dejar de hacer algo (permitir el flujo migratorio por el país), so pena de materializar la conducta en la imposición del 25% de los aranceles. 

Como respuesta humana, como sociedad y gobierno, ante una extorsión, que no acuerdo, el pánico rige ante la víctima y paga. ¿Cómo paga? Cediendo de inmediato, al mandar 10 mil guardias nacionales a la frontera. La respuesta de un extorsionador ante una nula negociación aumenta el costo y pago de este delito, ahora el 50% de los aranceles. ¿Qué pide a cambio? Aún no está de acuerdo con los resultados a pesar de que es muy prematuro para esperarlos. 

¿Qué debemos aprender de esto? Los que hemos manejado situaciones de crisis primero debemos, aunque sea en minutos, valorar, diagnosticar, pronosticar y tratarla correctamente. En un tema extorsivo, pagar en forma prematura aumenta el monto y la amenaza, puesto que se demuestra debilidad y temor ante el “adversario”, que no necesariamente “el socio” como nos decimos llamar. La respuesta en el momento que se cedió a la demanda y se ordenó a la Guardia desplegarse en la frontera duplicó el monto de la extorsión a 50%. 

¿Qué sigue? Y posiblemente lo esté haciendo el gobierno federal y esperemos así sea, entender de una vez por todas y asimilarlo así, que el problema sí es de nosotros, que los estadounidenses tienen los suyos; que ponernos en retórica a señalarnos de culpas mutuas solo nos compromete más a pensar que algo o alguien ocultamos. 

A pesar de 25 años de violencia, de miles de muertos y desaparecidos en el país, sí se han distinguido algunos aciertos en investigación y operación en cada sexenio; simplemente porque hay funcionarios en los diferentes gabinetes que han pertenecido y repetido en distintas épocas, que han modificado ciertos procesos y actualizado algunos métodos; que han privilegiado la tecnología y sumado a las nuevas generaciones. Se notan algunos rasgos de política criminal de prevención, investigación y reacción de otros sexenios, pero con enfoques innovadores. No está mal, tomemos lo mejor, lo que ha funcionado y en lugar de defendernos ante un vecino impertinente, incierto, complejo, hasta ambiguo, investiguemos lo que sea y a quien sea que está dañando sexenio tras sexenio la estabilidad del Estado mexicano.  

Bernardo Gómez del Campo. Asesor en seguridad integral 

@BGomezdelCampo