Así es como los aranceles de Trump perjudicarían a la Fórmula 1 ¡y hasta a Checo Pérez!

Las medidas arancelarias propuestas por Trump generarían sobrecostos significativos para la F1, afectando especialmente a Haas y al proyecto Cadillac donde Checo Pérez podría tener un asiento en 2026.



Foto: EFE

Las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos Donald Trump han sacudido los mercados internacionales. Y los daños colaterales podrían golpear severamente a la Fórmula 1 debido a su carácter internacional, e incluso pudieran ser aún más perjudiciales para la naciente escudería estadounidense Cadillac, misma que tiene a Checo Pérez como su potencial piloto para su ingreso al Gran Circo en 2026.

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Si bien es cierto que Trump se retractó y dio una pausa de 90 días en los aranceles más elevados para múltiples países a excepción de China, la máxima categoría del deporte motor ya ha sentido la presión de tener que adaptarse en ciertas áreas, en caso de que eventualmente sean impuestas estas medidas por parte del gobierno estadounidense.

Por sí misma, la industria automotriz en su conjunto se verá afectada por los gravámenes. Por ello, la categoría reina del deporte motor se preparará para posibles impactos, ya que muchas de sus piezas provienen de distintos países, según dijo al podcast de James Allen en F1, el experto de la industria Mark Gallagher, quien trabajó como director de marketing en Jordan y como jefe de asuntos comerciales en Red Bull.

“Aún es pronto y queda por ver qué impacto tendrá esto en la Fórmula 1”, dijo Gallagher al podcast. Pero lo cierto es que la mayor preocupación existe entre las escuderías inmersas en el mercado estadounidenses como es el caso de Haas, que tiene su sede en Oxnard, California, pero utiliza muchas piezas provenientes de otros países. Haas Automation incluso publicó un comunicado previamente, a la espera verse lo menos afectado posible.

“Haas Automation está analizando el impacto total de los aranceles en nuestras operaciones. En los últimos días, hemos observado una drástica disminución en la demanda de nuestras máquinas herramienta, tanto por parte de clientes nacionales como extranjeros. Como medida de precaución, hemos reducido la producción y eliminado las horas extras en nuestra única planta de fabricación, donde empleamos a 1,700 trabajadores y operamos desde 1983. También hemos suspendido las contrataciones y las solicitudes de nuevos empleados”, dice.

“Si bien los aranceles tendrán un impacto significativo en el negocio de Haas Automation, somos optimistas de que la Administración Trump encontrará soluciones para brindar alivio a los fabricantes estadounidenses, soluciones que nos permitirán seguir fabricando máquinas CNC Haas en Estados Unidos, mientras empleamos a miles de trabajadores en nuestra fábrica en Oxnard e indirectamente en Haas Factory Outlets en todo Estados Unidos”, añade.

Pero más allá del impacto interno en las escuderías, también está latente la posibilidad de que los socios y patrocinadores tengan que considerar ajustar sus presupuestos ante esta tensa situación.

“Acabamos de hacer un análisis de todos los patrocinadores de la Fórmula 1, de los equipos y del campeonato mundial y de las carreras individuales. La influencia estadounidense en la Fórmula 1 está en todas partes, ya sea porque las decisiones se toman en primer lugar en Estados Unidos o porque Estados Unidos representa un mercado muy importante para las empresas. Así que la realidad es que esto va a tener un efecto, ciertamente a corto plazo, y creo que los próximos tres a seis meses, mientras vemos qué resulta de esta decisión de la era Trump sobre los aranceles”, advirtió Gallagher, quien ahora es el CEO de Performance Insights.

Muy seguramente, Cadillac tendrá que tomar precauciones muy especificas, pues a partir del año próximo se suma a la parrilla con General Motors, que, por supuesto, deberá adaptarse a estas inesperadas condiciones.

Y es que Cadillac tiene tres sedes en territorio estadounidense para la fabricación de sus monoplazas, con Fishers en Indiana, como la encargada de concentrar la mayor parte del proceso; así como en Charlotte, Carolina del Norte, con su planta de motores. Y finalmente en Warren, Michigan, base principal de sus operaciones.

“Afectará a la Fórmula 1, ya sean los fabricantes de automóviles, los patrocinadores aquí en el deporte o, francamente, simplemente el impacto económico general a nivel mundial”, puntualizó Gallagher.