Lo ha repetido hasta el cansancio: frente al plan arancelario que anuncie Donald Trump, presidente de Estados Unidos, México responderá con plan A, B, C y… Z, aunque no ha ofrecido detalles acerca del contenido de cada punto estratégico de ese plan.
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Así ha respondido la presidenta Claudia Sheinbaum cada vez que el tema aparece en su conferencia mañanera y cada vez que sale de gira de trabajo por la República. Pero la mandataria no se ha quedado con ese argumento: también ha sumado dos grandes y poderosas armas: la primera se fundamenta en una frase que ha reiterado en cada oportunidad pública: “Tenemos mucho pueblo”, refiriéndose al apoyo popular que recibe su mandato. La segunda basa su fortaleza, según la mandataria federal, en la promoción del mercado interno, que se logra con la distribución de recursos a través de los programas de bienestar.
En ese sentido, suele explicar: “En esta nueva situación que México tiene frente al gobierno de Estados Unidos, que quiere poner aranceles, algo va a salvar a nuestro país: que hay Cuarta Transformación, cuyo principio es ‘por el bien de todos, primero los pobres‘, y eso lo logramos con los programas de bienestar; sin ellos, no tendríamos la situación económica que tenemos”.
Sheinbaum ha defendido así la “fortaleza” de la economía nacional: “Fíjense el tamaño de los programas de bienestar: son más de 800 mil millones de pesos que van directamente a las familias mexicanas. El programa de apoyo a adultos mayores implica más de 500 mil millones de pesos que se distribuyen a casi 13 millones de personas en nuestro país de 65 y más años. Ese recurso, que no tiene ningún condicionamiento y se otorga sin intermediarios, permite que la economía se mueva. Todos los apoyos permiten que haya una base para el desarrollo de nuestra economía”. Que se fortalezca, pues, el mercado interno.
Pero la economía mexicana, ha sostenido en diversos foros, también es fuerte en otro frente: el impulso a la obra pública. Durante muchos años, ha dicho, “en el periodo neoliberal, la obra pública dejó de hacerse. Lo que había era concesiones de carreteras para que las hiciera un privado, pero el gobierno no invertía en carreteras, en trenes, en desarrollo en general. Eso cambió con la Cuarta Transformación: hubo infraestructura, puertos. Todo eso potencia la economía”.
Otro escudo que ha utilizado la presidenta en contra de los aranceles, además de la “cabeza fría” y la “serenidad y la paciencia” ante las adversidades económicas, es el famoso T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), cuya “esencia” es que, “entre los países que lo integran, no debe haber aranceles”.
EU contra el mundo
Hay que recordar que el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, está a unas horas de imponer, de manera unilateral, los llamados aranceles recíprocos y otras cargas impositivas en lo que él mismo ha llamado el “Día de la Liberación“. En ese sentido, el mandatario estadunidense ha repetido como un mantra desde que asumió el poder en enero pasado: “El mundo ha estado estafando a Estados Unidos durante los últimos 40 años y más. Y lo único que estamos haciendo (con la imposición del plan mundial arancelario) es ser justos”.
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A pesar de que la estrategia hostil sigue en pie, aún se desconocen algunos detalles, como la duración en la aplicación de los aranceles, si habrá tarifas diferenciadas por país o por producto o, incluso, si el gobierno estadunidense está considerando cualquier exención para naciones o sectores productivos.
No obstante esta reserva de información, la Casa Blanca aseguró que Donald Trump está “perfeccionando” el plan arancelario que presentará en unas horas y sobre el que existe mucha incertidumbre debido a los mensajes equívocos que ha enviado hasta ahora su Administración.
“Estuve con él en el Despacho Oval antes, y anunciará esa decisión mañana. No quiero adelantarme al presidente”, explicó en una rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, al ser cuestionada por la posibilidad de que Washington opte finalmente por aranceles generalizados del 20% para prácticamente todas las importaciones que entren en EU, un plan que “sí está sobre la mesa”, según un sector de la prensa.
La funcionaria Leavitt detalló, con respecto al plan arancelario, que el presidente quiere asegurarse de que sea “un acuerdo perfecto para el pueblo y los trabajadores estadounidenses”.
Pese a lo dicho en la víspera por Trump, cuando insistió en que no apostaría por un paquete arancelario demasiado agresivo, la posibilidad de que se imponga un gravamen generalizado del 20% genera gran inquietud, ya que sería de largo la acción más agresiva en el marco de la guerra comercial iniciada por EU.
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La propia Casa Blanca confirmó que Trump anunciará el paquete este miércoles a las 16:00 horas de Washington (20:00 GMT), tras el cierre de la bolsa de valores en Wall Street, y que se hará efectivo “inmediatamente”.
Por su parte, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, presentará a Trump un informe en el que se detallan las barreras comerciales y fiscales —como el IVA europeo— que otras naciones imponen a los productos estadounidenses.
Y para el jueves está previsto que entren en vigor aranceles del 25% sobre todos los automóviles importados a Estados Unidos, tal y como confirmó hoy mismo la propia Leavitt. Así que todo parece indicar que cualquier decisión depende, en gran medida, del temperamento impredecible de Trump.
Cabe destacar que, en las últimas semanas, los mercados financieros padecen marea alta y muchos gobiernos mundiales y especialistas económicos temen que estas políticas agresivas puedan desatar, en el corto plazo, una recesión generalizada.

Fotos: Cuartoscuro / Reuters 


