Aumentan impuestos al pueblo… sin plan

Sheinbaum aprueba nuevos impuestos: refrescos, cigarros y servicios más caros. Sin reforma fiscal ni plan claro de gasto. México recauda menos que la región


Juan Ortiz

Esta semana los diputados aprobaron cambios fiscales propuestos por la presidenta Claudia Sheinbaum. Y aunque ella aseguró que no habría una “gran reforma fiscal”, el proyecto llega con nuevos impuestos y aumentos en derechos, pero sin una estrategia clara de recaudación ni de gasto.

El gobierno argumenta que se trata de “impuestos saludables” para combatir el sobrepeso y las adicciones. Pero en la práctica, son ajustes recaudatorios que buscan tapar huecos financieros ante el crecimiento de las pensiones y el costo de la deuda pública.

Más recaudación, sí… pero sin dirección.

NUEVOS IMPUESTOS

El impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a refrescos y jugos azucarados casi se duplica: pasa de 1.64 a 3.08 pesos por litro, un aumento del 87%.

Se aplicará la misma tasa a sueros orales azucarados, como Electrolit, lo que encarecerá cada botella hasta 9 pesos más al sumar el IVA.

Y por primera vez, también se cobra IEPS a los refrescos light o “zero”, con 1.5 pesos por litro, tras una negociación con las refresqueras. Los cigarros subirán de 0.64 a 0.85 pesos por unidad, y las bolsas de nicotina ahora pagarán el 100% del impuesto. Además, se crea un nuevo gravamen del 8% a videojuegos “violentos”.

El gobierno prevé con estos ajustes una recaudación adicional superior a 45 mil millones de pesos. Sin embargo, ninguno de estos impuestos está etiquetado para salud. Todo irá al presupuesto general, para ser destinado a discreción del gobierno.

SERVICIOS MÁS CAROS

La Ley Federal de Derechos, que define los costos de los servicios públicos, también se endurece. El ingreso al Museo Nacional de Antropología o Teotihuacán sube de 95 a 209 pesos, aunque los residentes nacionales pagarán la mitad. Sitios como Chichén Itzá o el Museo del Pueblo Maya costarán 104 pesos por persona.

También aumentan los derechos por migración, trámites de residencia, embarque en cruceros y permisos sanitarios, algunos con incrementos de más del 100%. Hasta cobrarán por la salida del país de niñas y niños ($294).

Pero ni un peso está garantizado al 100% para mejorar hospitales, medicinas o infraestructura. El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advierte que el aumento al sector salud, de apenas 5.9%, no compensa el recorte de 2025, cuando redujeron 113 mil millones de pesos. En general, el gasto en salud sigue estancado en 2.6% del PIB, menos de la mitad de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

REACTIVOS

El problema no es sólo cobrar más, sino cobrar mejor. México recauda apenas 17% del PIB, muy por debajo del promedio latinoamericano (21%) y lejísimos del de la OCDE (33%). Y mientras tanto, el país pierde miles de millones de pesos por evasión y huachicol fiscal.

Sin una reforma integral, el gobierno opta por parches: impuestos al consumo, cuotas temporales y deuda nueva. Reaccionamos, pero no planeamos.

Hay muchas áreas de oportunidad: combatir la evasión, cerrar los huecos del huachicol fiscal y formalizar el empleo para ampliar la base de contribuyentes. Sin eso, cualquier aumento será un esfuerzo recaudatorio sin destino ni legitimidad.

Al final, los nuevos impuestos no son “para la salud” ni “para el pueblo”: son para pagar las presiones del gasto, el costo de la deuda y las jubilaciones. Una reforma fiscal negada, pero aplicada a cuentagotas y sin estrategia.

EL DATO INCÓMODO

Por la plaga del gusano barrenador, México perdió más de 11 mil millones de pesos en exportaciones de ganado hacia Estados Unidos, según datos oficiales. El efecto Trump y la nuestra falta de previsión sanitaria ya pasan factura al campo mexicano.