Cacharpos electorales

Gerson Hernández Mecalco / Ovaciones   Así como el “súbale, súbale” se escucha por parte de los cacharpos en el transporte de algunas de las principales avenidas; en diferentes espacios de radio y tv; así como las redes sociodigitales hay cacharpos electorales. Un cacharpo es el ayudante de un conductor de un autobús de servicio

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Gerson Hernández Mecalco / Ovaciones

 

Así como el “súbale, súbale” se escucha por parte de los cacharpos en el transporte de algunas de las principales avenidas; en diferentes espacios de radio y tv; así como las redes sociodigitales hay cacharpos electorales. Un cacharpo es el ayudante de un conductor de un autobús de servicio público que sirve como acompañante y principal promotor de que la gente se suba al camión.

Los cacharpos electorales tienen el objetivo de apoyar a los suspirantes del poder. En materia de Comunicación Política cumplen la función de un vocero, quien repetirá constantemente los mensajes clave de la campaña electoral; además defenderá de lo indefendible a los candidatos con el objetivo de obtener el triunfo en la opinión pública. Su trabajo es vital para que el candidato no se defienda, personalmente, de todos los ataques.

Por ejemplo, en la última campaña electoral del hoy presidente hubo muchos cacharpos electorales; los cuales a diferencia de las campañas de 2006 y 2012; fueron vitales para su triunfo electoral. La cacharpa más mediática fue Tatiana Clouthier, quien usaba sus deditos para escribir mensajes a favor de López Obrador en Twitter, y hasta para “pintar cremas” en entrevistas como las de Nación 3, 2, 1 junto a la pareja presidencial.

En esta campaña a diferencia de otros procesos electorales, algunos medios de información han preferido otorgar espacios electorales completos a los cacharpos electorales; en lugar de hacerlos debatir con los voceros opuestos. Las mesas de debate como las de Carmen Aristegui en MVS y la W Radio; de hace algunos años, han quedado sustituidas por otros formatos.

Por ejemplo, en Grupo Fórmula se escucha al señor Epigmenio Ibarra apoyar a diestra y siniestra los presuntos complots contra Palacio Nacional; otros días aparece Lily Téllez dando clases de gastronomía con pasteles y señalando, en muchas ocasiones, enunciaciones ordinarias; descalificaciones y amenazas contra el partido en el gobierno. En redes sociodigitales es más sencillo leer los polos opuestos; lo que es interesante de analizar es cómo algunos de los críticos a los guindas; hoy son los principales opositores a los mensajes de la señora “X”.

Por otra parte, mucha de la clase política tiene espacios permanentes en programas como los de Joaquín López Dóriga y algunos periódicos; lo que muestra que a pesar de sobre dimensionar a las “benditas redes sociales”, los medios de información son las plataformas más estratégicas para difundir los mensajes políticos. Los mexicanos tenemos acceso a información como nunca en la historia. Los estudiosos de las Ciencias de la Comunicación dirían que no es lo mismo la sociedad de la información, que la del conocimiento; y estoy de acuerdo; pero los cacharpos electorales no representan a ninguno; ya que sus mensajes son propaganda.

Estas campañas electoras, para muchos se han caracterizado por carecer de momentos claves y pocos escándalos. Este domingo observaremos tal vez la última oportunidad de corroborar lo anterior, o visualizar si algún cacharpo electoral comunica una exclusiva que pueda modificar la inevitable tendencia del resultado electoral en nuestro país; y obviamente como los cacharpos de los camiones, los cacharpos electorales pueden caerse por gritar sin control.

Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco