AIDA RAMÍREZ

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Concluido el año 2022 el sector privado no descarta que, aun sin el resultado final de los últimos indicadores relacionados con el crecimiento económico del año pasado, se habrá crecido cerca de 3.0 por ciento; lo cual no quiere decir que el dinamismo de este año vaya ser igual o superior, pues ante la fragilidad de la economía local, se estima que el crecimiento podría ser menor a 1.0 por ciento.

Y es que, indicó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), si bien se estarían superando expectativas previas, incluyendo al pronóstico oficial corregido en los Criterios de Política Económica 2023, en donde se preveía una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.4 por ciento, hacia adelante, las previsiones no se ven tan halagüeñas.

Destacó que la mejora observada “fue sorpresiva para muchos (este Centro incluido) y que respondió principalmente a un efecto aritmético que propició aumentos anuales importantes del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) a partir de agosto, mismos que se espera se reflejen también en el PIB del cuarto trimestre”. Sin embargo, recordó que estimaciones oportunas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sugieren una desaceleración para fin de año y con ello, el comienzo de un nuevo episodio de estancamiento.

El organismo señaló que tanto el indicador oportuno del IGAE como el del consumo privado implican caídas mensuales en noviembre, tendencia que no descarta, pudo haberse extendido al último mes del año pasado.

Entonces, “si bien es cierto que el crecimiento registrado para la economía en 2022 será mayor al esperado previamente, es necesario insistir en considerar este resultado con cautela. Las previsiones más recientes apuntan a un debilitamiento para este año”.

Observó que de acuerdo con los resultados de la encuesta sobre expectativas más reciente que levanta el Banco de México (Banxico), el pronóstico promedio de los especialistas del sector privado prevé un crecimiento de 0.92 por ciento para 2023; mientras que el pronóstico promedio de la encuesta Citibanamex anticipa 0.94 por ciento.

El análisis del CEESP indica que la desaceleración de la economía mexicana, y de la mayoría global, era anticipada desde antes; pues tan solo en octubre pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticaba un crecimiento de 1.2 por ciento para México en 2023.

“Una preocupación que se suma a la perspectiva de debilitamiento de la actividad económica es desde luego la inflación”.

La inflación general anual muestra ya una reducción en las cifras del tercer trimestre de 2022 y el pronóstico promedio para el cierre de este 2023 ronda el 5.0 por ciento, aún muy por arriba de la inflación objetivo del Banxico de 3.0 por ciento más/menos un punto porcentual.

Asimismo, el organismo del CCE considera que la reciente baja de la inflación general se atribuye básicamente al efecto estacional que proviene de un menor aumento de los precios del subíndice no subyacente.

El CEESP recordó que el efecto negativo de la inflación en el crecimiento económico tiene varias vías: la incertidumbre para la inversión, elevadas tasas de interés y la reducción del poder adquisitivo de la población, en donde la última impacta al consumo y afecta más a los segmentos de menores recursos.