Cámaras de vigilancia, terror de malhechores

POR URBANO BARRERA El pasado 23 de abril, alrededor de las 13:00 horas, una mujer conducía su auto de alquiler por el Eje 2 Sur Manuel J. Othon en la colonia Obrera. Iba con dirección al oriente de la Ciudad de México. Descendió por el paso a desnivel que conduce a José T. Cuéllar. Nunca

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POR URBANO BARRERA
El pasado 23 de abril, alrededor de las 13:00 horas, una mujer conducía su auto de alquiler por el Eje 2
Sur Manuel J. Othon en la colonia Obrera. Iba con dirección al oriente de la Ciudad de México.
Descendió por el paso a desnivel que conduce a José T. Cuéllar. Nunca imaginó que al salir de la
penumbra y ver la luz sería atacada de manera salvaje por al menos tres hombres y dos mujeres.
Un “recargón” que no ocasionó daños a ningún vehículo fue el detonador.
Ella bajó de su auto, en medio de un desesperante tráfico vehicular para saber que le había ocurrido.
Del auto que venía atrás, se escucharon insultos y ninguna consideración de los hombres hacia una
mujer.
En cuestión de segundos, los ocupantes de un sedán Honda, placas PAD-57-88, color gris, saltaron al
asfalto. Dos mujeres los siguieron.
En completa desventaja, los ocupantes del auto Honda arremetieron contra la conductora. El pasajero,
que compartía recorrido con la operadora bajo y quiso tranquilizar a los agresores. Fue imposible.
Primero, golpearon, patearon a la conductora y le pegaron en el rostro hasta saciarse.
Después, el pasajero, también fue brutalmente golpeado y cortado en la cara.
Consumado el ataque, el grupo iracundo subió a su vehículo y huyó.
Sobre el asfalto quedaron la mujer y su pasajero, molidos a golpes. Llegó la policía, rescatistas y,
posteriormente, tuvieron que ir al hospital.
Los vecinos y transeúntes vieron, comentaron, se horrorizaron y registraron el hecho en sus celulares.
Los videos empezaron a circular por redes sociales.
La SSC, también fue testigo
Pero, la Secretaría de Seguridad Ciudadana también fue testigo. Antes de ingresar al desnivel, está
instalada una cámara de visión completa, de las que sustituyeron a las de 56 grados.
Al salir del desnivel o deprimido, vigila otra cámara que registró todo el ataque y envió su señal al
sistema de monitoreo C-5.
Ahora, los imputados ya están grabados en video y en cualquier momento serán detenidos.
Las cámaras del C-5 completaron la ruta y la policía conoce de los movimientos de los agresores que no
podrán circular, porque el auto será monitoreado e inmovilizado, lo mismo que quien lo conduzca, tan
pronto pasen por un arco lector vehículos robados o con problemas.
Estas cámaras son parte de las colocadas en tres mil 600 postes, cercanos a puntos ciegos de la
Ciudad de México.
Los puntos ciegos, ya no existen. Y, en caso de que la oscuridad o la lluvia fueran un obstáculo, se
podrá reconstruir la ruta de autos robados o con problemas ante la ley.
Hasta antes de 2019 no se contaba con este tipo de vigilancia, pero ahora los espacios de impunidad
se están agotando.
Para ello, fue necesario invertir mil millones de pesos en postes, cámaras, altavoces y botones de
auxilio
De acuerdo al coordinador general del C5, Juan Manuel García Ortegón, cada poste vigía cuenta con
cinco cámaras, con lentes direccionales que permiten una cobertura de 360 grados.
Las cámaras son fijas de alta definición, con capacidad de captura de cuadros por segundo y visión con
baja iluminación.
Las cámaras de tecnología 4K aumentaron la capacidad de grabación y reserva, al pasar de siete a 30
días, con lo que no se perderá información y el Ministerio Público contará con todos los elementos para
hacer su trabajo.
Ahora sólo hay que esperar. Los ataques en toda la ciudad ocurren minuto a minuto, principalmente
contra mujeres y jóvenes.
Solo que los hechos están registrados y, tanto el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García
Harfuche, la fiscal general Ernestina Godoy Ramos y la Jefe de Gobierno, Claudia Sheinbaum, deben
aprovechar la tecnología en la que se invirtió para investigar y procurar justicia.
Hay 3 mil 700 nuevos testigos de 24 horas, con capacidad para rendir testimonio y pruebas para los
jueces. En este momento, sólo falta el compromiso de actuar y la disposición de la autoridad para llevar

a los infractores a prisión.