La pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y William Scull comenzó con un primer round de estudio, en donde el mexicano intentó cortar el cuadrilátero ante un rival elusivo, ligero de pies, pero sin intención clara de intercambiar golpes. Desde el inicio quedó claro que Scull optaría por una estrategia basada en el movimiento constante, el cambio de guardias y el uso de jabs aislados, generando pocas emociones para el público presente.
LEE ADEMÁS: Próxima pelea de Canelo Álvarez: día, rival y sede del esperado combate
A lo largo del combate, Canelo fue encontrando oportunidades aisladas para conectar, especialmente en el cuarto y quinto round, donde logró meter un derechazo importante y un cruzado al hígado. Sin embargo, la frustración fue creciendo en su esquina ante un rival que claramente no quería intercambiar golpes. El mexicano intentó atraerlo al centro del ensogado sin éxito, mientras que Eddy Reynoso ya analizaba la posibilidad de buscar un nocaut con cautela.
https://platform.twitter.com/widgets.jsSi el Canelo gana por knockout, daré un RETIRO SIN TARJETA a alguno de mis seguidores que dé ♥️ Y 🔄 pic.twitter.com/JxUN3KQ0S2
— LuisMiGL (@SoyLuisMiGL) May 4, 2025
Hacia la mitad del combate, el cansancio comenzó a jugar un papel clave. Canelo apostó por atacar las zonas blandas, mientras Scull seguía brincando de un lado a otro del ring. El cubano, además de no mostrar intención ofensiva, comenzó a burlarse en lugar de lanzar combinaciones o golpes de poder. El jab fue su única arma efectiva, aunque insuficiente ante un rival como el tapatío.
En el séptimo round, Scull conectó un upper de derecha que sorprendió ligeramente al mexicano, aunque no cambió el rumbo del enfrentamiento. Canelo mantuvo el control general del combate pese a la dinámica tediosa, en la que su rival apenas respondía y parecía más enfocado en sobrevivir que en competir realmente.
El último tramo del combate acentuó aún más el descontento del público. Scull continuó huyendo del intercambio y ofreciendo poco boxeo real. El mismo Canelo, al finalizar el décimo round, mostró signos de fastidio ante la falta de espectáculo. Era evidente que el cubano no tenía nada para aspirar a un título mundial, y que el combate no tenía el nivel que los aficionados esperaban.




