CEM ante violencia: nos encomendamos a Dios

LILLIAN REYES Foto: Lillian Reyes Nos encomendamos a Dios”, es la respuesta de la iglesia católica, al asegurar que ante el imperante clima de violencia en todo el país, no se ha solicitado ni tampoco se han emitido protocolos debido a la inseguridad y a posibles ataques violentos, como el que cobró la vida de

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LILLIAN REYES

Foto: Lillian Reyes

Nos encomendamos a Dios”, es la respuesta de la iglesia católica, al asegurar que ante el imperante clima de violencia en todo el país, no se ha solicitado ni tampoco se han emitido protocolos debido a la inseguridad y a posibles ataques violentos, como el que cobró la vida de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua, en junio pasado.

“Debemos entender la violencia como un problema de salud pública en donde la sociedad, las instituciones deben trabajar unidas para salir adelante, como ocurrió en la pandemia”, aseveró monseñor Óscar Campos Contreras, obispo de la Diócesis de Ciudad Guzmán y uno de los encargados de realizar la relatoría de hechos de la 113 Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

A cinco meses del cobarde asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín César Mora y del guia de turistas, Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, su presunto asesino José Noriel Portillo Gil, El Chueco continúa prófugo, a pesar de continuar con las pesquisas que ya han logrado la detención de 31 personas ligadas al líder criminal.

“Con respecto a la violencia, nosotros somos como los ciudadanos comunes, vivimos en la preocupación de la inseguridad, no hay más protocolos que los del sentido común, que los del cuidado personal y no hay nada que nos ponga en un estatus especial”.

 

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“Sufrimos con la gente, el dolor de la gente es nuestro dolor también. Nos preocupa que hay una violencia soterrada que tal vez por las mismas condiciones que estamos viviendo no aparece en los medios, pero está ahí”, explicó a Ovaciones.

Indicó que la violencia daña de muchas formas, presiona de muchas formas también y presiona a las mismas instituciones, lo que es visible en el caso de algunas zonas del país, las cuales terminan aislados, bajo el temor y las presiones del crimen organizado.

“En el caso de los hermanos jesuitas allá en Cerocahui tenía un sustento previo en la violencia de la Tarahumara y en el conocimiento también de los niveles de gobierno de quienes estaban, son conocidos, sin embargo el problema serio es que el gobierno nunca va a poder sólo”, indicó.

 

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En este sentido, es el líder de la CEM, monseñor Rogelio Cabrera López, quien convocó a mantener la unidad y a trabajar de manera conjunta en favor de la sociedad.

“La violencia ha ido creciendo y hay mayor impunidad, entonces hay que combatirla todos, ser corresponsables. Sin embargo, si no hay unidad en el país esto se sigue deteriorando, nadie puede sólo. Los partidos son partidos, son una parte, no son el todo, hay que buscar el bienestar del país más que los intereses particulares”.