Checo Pérez se encuentra atrapado en una pesadilla de la que no ha podido despertar, ni siquiera cuando le susurraron al oído la noticia de que había logrado una extensión de contrato por dos años con Red Bull Racing. El mismo mal sueño, que hace un año casi lo deja sin asiento en el equipo, hoy vuelve a atormentarlo y dormir tranquilo ya no es opción para el mexicano cuya presión se ha levado a tope.
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El tapatío ha vuelto a tropezar en la Q1 del sábado pasado en Montreal y, no conforme, durante el Gran Premio de Canadá sufrió una doble colisión que terminó por provocar su abandono de la competencia, además de una sanción de tres lugares menos en el próximo GP de España por no haber obedecido cuando se le pidió salir de pista cuando su auto ya no estaba en condiciones de seguir en competencia.
Y como toda pesadilla, los mismos fantasmas ya han aparecido para recordarle a Pérez que si quiere superar este bache, debe hacer oídos sordos a las críticas. Su eterna némesis, el asesor de Red Bull, Helmut Marko, volvió a arremeter contra el jalisciense, cuyos problemas, considera, son más bien psicológicos, más allá de su probada calidad de conducción.
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“No es el coche, eso se puede ver con Max (Verstappen). Creo que es más psicológico. Cuando las condiciones cambian, le resulta mucho más difícil. Pero el hecho de que ya sea la tercera vez es doloroso”, dijo el austriaco a ServusTV.
El azteca de 34 años de edad tuvo un comienzo sólido en el campeonato de este año, donde fue tres veces segundo lugar detrás de Verstappen en las primeras cuatro carreras, pero desde entonces, solo ha conseguido estar una vez entre las tres primeras posiciones en los últimos cinco Grandes Premios.
Pero tal y como le pasó en la temporada 2023, la forma en que afronta la clasificación es la mayor preocupación, ya que Checo no participó en la Q3 en busca de la pole position en tres sesiones consecutivas. Y en los dos últimos —Mónaco y Montreal— ni siquiera logró salir de la Q1, donde quedó 16 en ambas. No obstante, el tapatío ha repartido culpas.
“Lo principal era realmente cambiar la parte trasera. Para mí, el eje trasero fue bastante complicado y terminé pagando el precio. Básicamente, no tenía agarre, me deslizaba demasiado y eso significó que nuestra clasificación fuera un desastre total”, analizó.
En el recuento de los daños, la escudería de las bebidas energéticas también recibió una multa de 25 mil euros.
“Los comisarios determinan que, además de una sanción económica para el equipo, es necesaria una sanción deportiva debido a las implicaciones de seguridad del incidente”, se comunicó.
El problema para Pérez es que inevitablemente se le compara con el mejor piloto de la grilla, quien es su principal referente al ser coequiperos. El neerlandés poco a poco se aproxima a un tetracampeonato mientras que el Campeonato Mundial de Constructores se empareja cada vez gracias a que Checo no ha cumplido con su parte, que es pelear siempre por las segundas posiciones cada Gran Premio. Una presión con la que no ha podido lidiar.
“Creo que después de Mónaco perdí algo de confianza. Debido a la forma en que ocurrió mi accidente, perdí un poco de confianza en el auto y eso me hizo retroceder. Tengo mi psicólogo y eso es algo en lo que trabajo”, reconoció a PlanetF1 tras la carrera canadiense.
Checo Pérez está actualmente en el quinto puesto general con 107 puntos en el tablero, ya muy detrás de Verstappen, quien continúa al frente de la clasificación mientras persigue un cuarto título mundial consecutivo con 87 unidades más que el tapatío.