MARTÍN AVILÉS

Foto: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

Sergio Pérez pudo reponerse a un inicio titubeante en las segundas prácticas libres del Gran Premio de México para finalizar con el quinto mejor tiempo de la tarde. Checo pasó la mayor parte de la segunda sesión de ensayos fuera del Top 10, pero una ida a pits con 28 minutos por disputarse, le bastó para dar un salto abrupto hasta las primeras posiciones.

El piloto jalisciense de Red Bull detuvo el crono en 1:18.988 en su mejor vuelta, tiempo que le bastó para afianzarse entre los mejores cinco de la FP2. El mejor registro fue obtenido por su coequipero Max Verstappen, quien marcó 1:18.686, seguido por Lando Norris de McLaren con 1:18.805 y Charles Leclerc con 1:18.952. Valtteri Bottas de Alfa Romeo y su 1:18.955 fue quien impidió que Pérez Mendoza se quedara con el cuarto lugar.

Tan pronto comenzó la sesión, el cielo comenzó a oscurecerse de súbito. Como si estuviera triste por el bajo rendimiento del piloto local, quien tenía en vilo a los 109 mil 245 asistentes que esperaban una actuación histórica, sin recibir nada a cambio hasta ese momento.

El tapatío de 33 años de edad no veía la suya y dramáticamente se desplomaba hasta caer a la posición 16, mientras el resto mejoraba sus tiempos con 20 minutos en pista. Sin embargo, tras un inicio en el que parecía resignado a quedarse lejos de los 10 mejores del día debido a que tuvo problemas en el auto, el mexicano pasó a pits donde los mecánicos hicieron los ajustes necesarios para devolverlo a la pelea.

Tan pronto como salió de los boxes a falta de 28 minutos, el jalisciense se catapultó hasta la tercera posición, en una representación digna de ave fénix. La lluvia caía por lapsos y en distintos sectores, lo que dificultaba a los pilotos y su elección de llantas. Finalmente, debido a las impredecibles condiciones del asfalto, la mayoría optó por suaves para afrontar el ocaso de la sesión.

Es así que después de un turbulento transitar por el Autódromo Hermanos Rodríguez, las sensaciones son buenas para el azteca, quien sigue siendo amo y señor del Foro Sol, zona por donde pasan zigzagueantes los autos ante el escrutinio de una muchedumbre repartida en gradas diseñadas para ser un estadio de beisbol.

Será mañana sábado el día clave para Checo, acostumbrado a sufrir en las clasificaciones, pero dispuesto a dejar el alma en el asfalto con tal de escribir su nombre para siempre con letras de oro en el templo del automovilismo en el país azteca.