Checo Pérez está de vuelta. El mexicano regresará a la Fórmula 1 para la temporada 2026 como punta de lanza del naciente proyecto de la escudería Cadillac. Lo hará tras un año fuera del ruedo tras quedar desvinculado de Red Bull Racing al término de la campaña anterior. Junto al jalisciense, el finlandés Valtteri Bottas conducirá el otro de los dos autos del equipo estadounidense.
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Tras su salida del equipo con sede en Milton Keynes, al cierre de la temporada pasada, la trayectoria del piloto azteca de 35 años de edad, ha sido objeto de intensa especulación, debido a su probado talento y sólido respaldo económico de sus patrocinadores. Ahora, todo apunta a que Pérez está preparado para asumir un nuevo desafío con la escudería debutante, propiedad conjunta de General Motors y TWG Global, que busca irrumpir con fuerza en la parrilla más competitiva del automovilismo mundial.
El anuncio de la entrada de Cadillac al Gran Circo, confirmado en noviembre de 2024, ha generado grandes expectativas, y el binomio Pérez-Bottas podría ser el golpe maestro que consolide las ambiciones del equipo. Con 527 participaciones en Grandes Premios entre ambos —Pérez en el octavo puesto histórico y Bottas en el decimotercero—, esta combinación reúne una experiencia casi sin precedentes para un equipo debutante.
Checo, con seis victorias en Red Bull, y Bottas, con 10 triunfos en Mercedes, aportan no solo talento al volante, sino también un conocimiento invaluable sobre operaciones y desarrollo técnico, esenciales para un proyecto que arranca prácticamente desde cero.
Otmar Szafnauer, exdirector de Pérez en Force India/Racing Point, ha respaldado con entusiasmo esta posibilidad, al calificar al mexicano como una “gran incorporación” para Cadillac.
“Si encuentra el entorno adecuado, con toda la experiencia que aporta de equipos más pequeños y Red Bull, Checo tiene una excelente retroalimentación y sin duda tiene algo que aportar. Para un equipo nuevo que necesita un piloto experimentado, es una opción sólida”, dijo en una entrevista con PlanetF1, Szafnauer, sobre la importancia de la experiencia en las primeras etapas de un equipo.
Aunque Cadillac exploró opciones más jóvenes como Mick Schumacher, Felipe Drugovich o Paul Aron, una reunión clave a finales de julio consolidó la preferencia por pilotos con trayectoria consolidada.
Las negociaciones con el finés, actualmente piloto reserva de Mercedes, y Pérez Mendoza, actualmente agente libre, han avanzado significativamente, y según diversos medios especializados, se espera que el equipo confirme oficialmente a ambos la próxima semana, tras la reanudación del calendario de F1, siempre que los contratos se cierren con éxito.
El desafío para Cadillac es monumental. Con apenas nueve meses desde su entrada confirmada, las previsiones sitúan al equipo en la parte trasera de la parrilla en su temporada debut, ante una desventaja competitiva por el limitado tiempo de preparación. Sin embargo, la veteranía de Pérez y Bottas será un activo crucial.
Ambos han demostrado su capacidad para lidiar con adversidades técnicas. Bottas gestionó las carencias de Sauber bajo la dirección de Graeme Lowdon, actual responsable de Cadillac, mientras que el jalisciense brilló en Force India durante su crisis administrativa de 2018 y logró una victoria histórica con Racing Point en 2020.
La elección de dos ganadores de Grandes Premios refleja la ambición de Cadillac, que no se conforma con simplemente participar, sino que aspira a construir una operación competitiva y sostenible a largo plazo. La combinación del talento de Pérez y Bottas, junto con su profundo conocimiento de estructuras punteras, permitirá al equipo establecer cimientos sólidos, incluso si los resultados iniciales son modestos.


Foto: EFE 


