Por Guillermo Deloya Cobián
En esta ocasión nos place visitar el estado grande de la república, “la dama del desierto” que aloja el destino de las cuatro etnias, Tarahumaras, Guarojíos, Tepehuanes y Pimas. La entidad federativa que con sus 243, 610 kilómetros cuadrados es más extenso que el Reino Unido, Uruguay, Grecia o Emiratos Árabes. Ahí, donde existe un potencial de 2’843,584 votantes, se tiene una cita el próximo 6 de junio para optar en las urnas por alguna opción para la gubernatura, más 67 presidencias municipales con las correspondientes sindicaturas, 22 diputaciones de mayoría relativa, 11 diputaciones de representación proporcional y 714 regidurías. Extensa elección para extenso estado en el cual ronda el fantasma de las acusaciones ante lo cáustico que ha resultado el caso del ex gobernador César Duarte. Es así que, desde el origen en la selección de las candidaturas, no fue posible la avenencia de fuerzas políticas como ocurrió en otros estados, lo cual impidió que Acción Nacional, la Revolución Democrática y el Revolucionario Institucional lograran concretar una alianza que en otras latitudes parece de buen provecho electoral. Un estado gobernado bajo el signo político del PAN, que en la figura de Javier Corral cimbró desde 2016 los cimientos de la clase política identificada con el priismo, ahora tendrá que recapitular en el camino sobre la gobernabilidad y el buen devenir de una elección que presenta un escenario de profundas complicaciones. Y una grave complicación la ha tenido la candidata de ese mismo cuño político, María Eugenia Campos Galván quien abanderada por la coalición “Nos Une Chihuahua”, misma que se conforma por el PAN y el PRD, se revuelve entre las preferencias electorales y las acusaciones legales y políticas. Recordemos que la candidata que fuera la primera presidenta municipal de Chihuahua capital, enfrenta una acusación de la propia Fiscalía del Estado en la que se le acusa de haber sido beneficiaria de la nómina secreta del ex gobernador Duarte ahora preso en Miami. Es de obvio conocimiento en consecuencia, que existe un hondo desencuentro entre el panismo de la entidad, cuestión que se subraya al cruzar acusaciones entre el gobierno y quien hasta ahora es la candidata registrada. Tal confrontación se extiende hasta la dirigencia nacional de Acción Nacional, quien se ha manifestado a favor de la legalidad y la presunción de inocencia por lo que otorga su respaldo a Maru Campos quien cuenta con credenciales de trayectoria que la soportan. Abogada por el ITESM, con maestría en Georgetown, diputada tanto local como federal y alcaldesa, son algunas de sus cartas de presentación. Por otra parte, estará en la boleta por parte del PRI, Graciela Ortiz, también abogada por la Autónoma de Chihuahua y quien cuenta con una amplísima trayectoria en el sector público. Sin embargo, mucho tendrá que remar para posicionarse apoyada tan solo con la marca de aquel instituto político que para muchos no dejó buenas cuentas en la tierra. Y por ahí incursionará en la boleta el candidato de Movimiento Ciudadano Alfredo Lozoya, conocido como “El Caballo Lozoya”, ex presidente municipal de Parral, pretende encantar parte del voto joven de la entidad. Pero también dichos candidatos tendrán enfrente a Juan Carlos Loera de la Rosa quien resultó ganador en una reñida encuesta interna del partido MORENA y ahora encabeza la coalición en la cual ese partido se suma al PT y Nueva Alianza en el cometido político electoral. El de Ciudad Juárez y diputado federal con licencia, ha podido conjuntar a varias expresiones del partido guinda en la entidad, basado en su experiencia adquirida cuando fue Secretario General del partido en el estado. Complementan la boleta los candidatos Alejandro Díaz Villalobos por parte de Fuerza Social por México, además de Brenda Ríos Prieto, mujer joven que competirá por el Partido Verde el cual también irá sin alianza, Luis Carlos Arrieta por el Partido Encuentro Solidario, y finalmente otra María Eugenia, pero de apellido Baeza encabeza el proyecto político de Redes Sociales Progresistas.
Lo cierto es que la contienda que se avecina en el estado norteño será de antología. Estamos ante un estado que se ubica en el lugar número 12 de concentración poblacional, misma que en un 62% se encuentra económicamente activa. Su aportación a la economía nacional es sustancial y relevante con sectores estratégicos fortalecidos como la minería, el ensamblaje automotriz, el turismo, la agroindustria y las tecnologías de información y aeroespaciales. Pero también es un estado con rezagos en pobreza, marginación e inseguridad. Esperemos un cúmulo de soluciones planteadas por candidatos que entienden el agigantado compromiso, más que un maremoto de acusaciones dolosas.
