Después del tremendo fracaso de las Chivas de Guadalajara, que quedaron fuera de la siguiente fase del Torneo de Clausura, se supo que la directiva del cuadro de Verde Valle decidió darle las gracias al entrenador Gerardo Espinoza, quien no se mantendrá en el cargo.

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La directiva que encabeza el empresario Amaury Vergara tiene en la mira, como plan A, la incorporación de Ignacio Ambriz como entrenador del primer equipo del Guadalajara.

Hay algunos otros nombres que se dejan escuchar por los rumbos de Verde Valle, entre los que se cuentan los Guillermo Almada, Pedro Caixinha, Robert Dante Siboldi y hasta Ricardo Tuca Ferretti. Sin embargo, es el ex seleccionado nacional Nacho Ambriz la primera opción de Amaury, dueño del equipo rojiblanco.

CRÓNICA DE UN FRACASO

El fracaso de Espinoza se atribuye a una combinación de resultados pobres, decisiones tácticas cuestionadas, un contexto institucional caótico, rechazo de la afición por su pasado y la enorme presión de dirigir a Chivas en un momento crítico. Aunque mostró potencial en clubes como Tapatío y Aucas, no logró adaptarse al desafío de un equipo grande con expectativas inmediatas.

Espinoza dirigió ocho partidos oficiales entre Liga MX y Concacaf Champions Cup, con un balance discreto: solo una victoria en 7 partidos de liga y una eliminación en octavos de final de la Concachampions ante América (4-0 en la vuelta). Chivas no logró clasificar al Play-In del Clausura 2025, quedando fuera de la liguilla, un objetivo mínimo para un club de su envergadura.

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Asumió el cargo tras la destitución de Óscar García, en un momento de inestabilidad institucional, con poco tiempo para implementar su idea de juego. Fue visto como un “bombero” para apagar el incendio dejado por la gestión anterior, pero no logró revertir la situación. La presión de enfrentar tres clásicos contra América (dos en Concachampions y uno en liga) en sus primeras semanas agravó el desafío.

La afición y analistas criticaron su gestión del plantel, especialmente por priorizar a jugadores experimentados como Javier “Chicharito” Hernández y Fernando Beltrán sobre jóvenes como Hugo Camberos o Alan Pulido, quienes mostraban mejor momento. Por ejemplo, en la derrota clave ante Atlas, apenas el sábado, no dio minutos a Chicharito, pero tampoco aprovechó a otros elementos en buen nivel, lo que generó cuestionamientos sobre su valoración del talento.

Aunque Espinoza es conocido por un estilo basado en la posesión y presión alta, no logró plasmarlo en Chivas debido al poco tiempo de trabajo y la falta de cohesión en el equipo. La afición percibió un retroceso en el rendimiento colectivo, con un juego menos competitivo que bajo entrenadores previos como Fernando Gago.

Su historial como jugador y entrenador del Atlas, rival histórico de Chivas, generó rechazo entre los aficionados desde su anuncio. Muchos consideraron que su nombramiento no respetaba la identidad del club, lo que limitó su apoyo popular y aumentó la presión sobre él.

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La directiva de Chivas, liderada por Amaury Vergara, enfrentaba críticas por la falta de un proyecto deportivo claro tras las salidas de Fernando Hierro, Fernando Gago y Óscar García. La elección de Espinoza, respaldada por el director deportivo Javier Mier, fue vista como una apuesta arriesgada pero sin el soporte estructural necesario para triunfar.

Chivas es una institución que exige pelear por títulos, y la eliminación temprana en Concachampions y la no clasificación al Play-In fueron vistas como fracasos rotundos.

Espinoza mismo reconoció que no alcanzar las fases finales era inaceptable para el club, aunque evitó usar la palabra “fracaso” directamente.