¡Chivas cierra bocas! Guadalajara golea al Atlas, ¿en el adiós de Paunovic?

7, octubre 2023

MARTÍN AVILÉS

Foto: TW @Chivas

Chivas tenía una deuda consigo mismo pero, sobre todo, con su fiel afición. Tras una tóxica semana en la que se especuló sobre un golpe de Víctor Guzmán al entrenador Veljko Paunovic y se separó a tres elementos del primero equipo –Alexis Vega, Cristian Calderón y el juvenil Roberto Martínez–, el Guadalajara volvió a sus raíces para curar sus heridas del alma con un sanador triunfo ante su odiado vecino, el Atlas.

El Clásico Tapatío fue para Chivas. Y lo fue luego de seis partidos sin que el Rebaño lograra un triunfo el Liga Mx. El Guadalajara rompió una racha de tres juegos en los que habían empatado ante su antagonista. Un doblete de Ricardo Marín, un golazo de ‘Nene’ Beltrán y otro más de Roberto Alvarado dieron la victoria por 4-1 del Guadalajara sobre Atlas.

Si Veljko toma ahora mismo un avión con rumbo a España para dirigir al Almería, se habrá ido con la conciencia tranquila al dejar a su equipo con un funcionamiento óptimo a pesar del golpeteo mediático. Porque nada mejor que callar rumores que con un clásico triunfo.

 

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Los de la Academia tenían una fluidez digna de diagrama de flujo. Tocaban la pelota con transiciones que dejaban a sus atacantes con ventaja para encarar a sus rivales. Caicedo y Solari entraban como cuchillo en mantequilla entre las líneas y el Guadalajara parecía sparring de boxeo.

Pero el fútbol es de goles. Es aprovechar la más mínima oportunidad para cargar la balanza a favor, y pese al dominio rojinegro, una genialidad de Fernando Beltrán con menos de 10 minutos de juego, dejó a Camilo Vargas tenido en el césped, incrédulo ante la magistral definición de un ‘Nene’ que se convirtió en adulto de golpe.

Todo era alegría en el Redil hasta que en cinco minutos, el destino le jugó en conta al inspirado Guadalajara. Un encontronazo dejó noqueado al apenas nombrado titular guardameta de Chivas, ‘Tala’ Rangel, quien tuvo que recibir asistencia médica y ser retirado del campo entre gritos de dolor para dar su lugar al recién mandado a la banca, ‘Wacho’ Jiménez.

El parón redireccionó el juego hacia el lado rojinegro. Los Zorros retomaron la confianza y el dominio del partido. Aldo Rocha era cerebro, corazón y pulmones del Atlas. Por sus pies pasaba todo el juego rojo y negro, al grado que Veljko se vio obligado a mandar un doble stoper para detenerlo.

El fútbol fue justo. Tras un dominio total del equipo visitante, en el ocaso del primer tiempo, un rebote cayó al pie de Rocha, quien no dudó ni un segundo para empalmar la pelota hasta enviarla al fondo de las redes. Besó su escudo y se volvió héroe una vez más de su pueblo.

Apenas habían pasado cinco minutos de haber comenzado el primer tiempo cuando ‘Piojo’ Alvarado tomó la pelota, amagó y disparó contra el marco atlista, donde estaba bien colocado Vargas para realizar una exuberante atajada que ahogó el rugido de gol en el Akron.

 

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Chivas no desistió. Su profunda crisis le exigía recuperar lo perdido y su historia pedía a gritos una justa reivindicación. Y así fue. Al minuto 63 de tiempo corrido, Ricardo Marín demostró que con garra y dedicación se pueden callar bocas y con un cabezazo sin marca en el área chica clavó el 2-1 para el Guadalajara.

Ya en la recta final del juego, Atlas insistía en el empate. Tanto que descuidó su retaguardia al grado de que un pelotazo, al contragolpe, dejó a Marín en mano a mano con el portero, al que no perdonó y fulminó para encaminar el triunfo rojo y blanco.

La cosa no quedó ahí. Chivas estaba sediento de venganza y Atlas fue quien pagó los platos rotos. Por la vía penal, Alvarado clavó el cuarto y definitivo clavo en el ataúd rojiblanco. Senda goleada de 4-1 para sanar heridas y mirar esa luz que se había escondido en el oscuro entorno de un club eclipsado por los rumores. Pero su grandeza respondió en el momento más indicado.