GABY SALIDO
La semana anterior me referí a “Octubre Urbano” como el esfuerzo de ONU Hábitat para lograr mejores ciudades: resilientes y sostenibles.
Hablar de estas cualidades forzosamente requiere un proceso de planeación con objetivos y metas a mediano y largo plazo.
Al asumir la planeación de la ciudad, la autoridad debe garantizar las condiciones para tener una calidad de vida adecuada y lograr una ciudad habitable.
Mientras existan brechas económicas, tecnológicas, de servicios, de vivienda, o en general de desarrollo, alcanzar mejores condiciones sociales implica mayores retos.
Sortearlos es el primer obstáculo en la planeación, de ahí la importancia del trabajo en sinergia entre autoridades y ciudadanía.
Así, la resiliencia juega un papel importante al permitir: primero, hacer frente a la situación o problema, y segundo, adaptarse a las nuevas condiciones.
Tristemente, hoy el estado de Guerrero atraviesa una situación de resiliencia obligada, ante el impacto del huracán Otis. Además de la devastación, daños materiales y pérdidas humanas es evidente la omisión de la autoridad.
El gobierno está obligado a prever condiciones para atender a las personas: antes, durante y después de un fenómeno de esa naturaleza, y más en una zona naturalmente vulnerable. Es el objetivo en la gestión integral de riesgos.
Desafortunadamente, son miles de personas las que han quedado desamparadas y quienes pagan las consecuencias de la falta de planeación y la omisión de las autoridades.
Es lamentable que la autoridad reaccione sólo después de ocurrir tragedias como esa y no antes. En la CdMx hay omisiones o negligencias donde la autoridad generan situaciones de riesgo, por ejemplo:
- La llamada “Ciudad del Bienestar”, donde construyeron vivienda sobre una mina, poniendo en riesgo el patrimonio y la vida de 186 familias en Tacubaya,
- En el polígono de Vallejo-i, donde el riesgo no se consideró al planear vivienda dentro de una zona industrial.
- Qué decir cuando la autoridad llama “encharcamiento por lluvias atípicas”, a una inundación, todo en vez de reconocer la falta de mantenimiento a la red de drenaje.
Por eso, en la presentación de su Quinto informe, cuestioné al titular de Seduvi por las acciones para remediar el suelo en el Programa Urbano de Atlampa, pues hay proyectos de vivienda sin aclarar cómo sanearon la tierra.
Ante un instituto responsable de la planeación en CDMX, no menos que indispuesto, en vez de mejorar la calidad de vida de las personas con desarrollos sostenibles y amigables con el medio ambiente, vivir es una resiliencia obligada.
De no atender la gestión integral del riesgo para lograr verdaderas comunidades resilientes, esa condición obligada, impedirá a la autoridad planear adecuadamente la CDMX y el país.
Diputada de la CdMx por el PAN