Desde que los Golden State Warriors lo hicieron en 2017 y 2018, ningún otro equipo ha podido erigirse bicampeón en la NBA. Los Boston Celtics están en una excelente posición para repetir su título obtenido a mediados de junio pasado, gracias a que su núcleo regresa prácticamente intacto con Jayson Tatum y Jaylen Brown listos para intentar la proeza.

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Los Celtics registraron el mejor récord de la temporada regular con foja de 64-18, el mejor rating neto de la temporada regular con 11.6, el mejor récord de los playoffs con marca de 16-3 y, antes de una derrota aplastante en el Juego 4 de las Finales de la NBA, el mejor rating neto de playoffs (11.2) desde que Kevin Durant se unió a una plantilla que se las ingenió para conseguir 73 victorias y formó la mayor colección de talentos que jamás se haya visto.

Desde cualquier punto de vista, ese Boston de 2023-24 está ya entre los equipos más dominantes de la historia. Pero ahora, el reto es forjar una dinastía, como naturalmente hace las quintetas dominantes. Para ello, los irlandeses están en el límite, pues el año que viene deberán pagar un prohibitivo impuesto al lujo, cuando a Tatum, Jaylen Brown, Jrue Holiday, Kristaps Porziņģis y Derrick White, justo sus mejores cinco miembros, les deba un total combinado de 200 millones de dólares.

Es así que las probabilidades de verlos nuevamente como una unidad en la temporada 2025-26 son altas y así los Celtics puedan conseguir títulos consecutivos por primera vez desde que lo hiciera en 1967-68 y 1968-69. Pero se podría decir que será su último baile juntos antes de que se conviertan en una dinastía con sus naturales cambios de miembros.

Los Celtics son favoritos para ganar el campeonato según los casinos, pero más allá de eso, buscarán demostrarle su error a Grant Hill, quien no seleccionó a Brown para el equipo de Estados Unidos, así como a Steve Kerr, quien envió a Tatum a la banca durante dos de sus seis partidos en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Puede parecer ridículo que tanto Tatum como Brown estén molestos porque no fueron considerados entre los pocos estadounidenses con los que se debe contar cuando el orgullo del país está en juego. Tatum es el mejor jugador de los campeones defensores de la NBA y Brown es el actual MVP de las Finales, por lo que intentarán demostrar la gravedad de esa osadía de la que fueron víctimas.

Convertir los desaires en motivación es lo que los ha hecho grandiosos. Tatum y Brown tienen 26 y 27 años, respectivamente. Recién entran en su mejor momento con talento All-NBA. Stephen Curry tenía 29 años cuando repitieron los Warriors en 2018 y LeBron James tenía 28 cuando fue bicampeón con su Miami Heat en 2013, mientras que Kobe Bryant tenía 31 años cuando repitieron sus Los Angeles Lakers en 2010.

Si bien, los Celtics son los favoritos número uno a ganar el Larry O’Brien, tienen múltiples amenazas, ya que otros equipos no piensan quedarse de brazos cruzados y movieron sus piezas para intentar acortar la brecha con tal de poder dar el siguiente paso en los Playoffs. Mientras en la Conferencia Este el grupo de contendientes parece más reducido, en el Salvaje Oeste la brecha es mucho más corta.

Los Denver Nuggets de Nikola Jokic y los Minnesota Timberwolves de Anthony Edwards, serán candidatos naturales. Tampoco se puede descartar a los Dallas Mavericks, que con Klay Thompson, añadieron a ese tirador que era necesario para ayudar a Luka Doncic y Kyrie Irving. En el Este, no se puede descartar jamás al Miami Heat con Jimmy Butler, que tienen una cultura ganadora y se ayuda de otros como el mexicano Jaime Jáquez Jr.

Este martes 22 de octubre, Boston comenzará la defensa de su título cuando se enfrente a los New York Knicks, que realizó algunos movimientos importantes en la temporada baja, al enviar al delantero Julius Randle y al base Donte DiVincenzo a Minnesota a cambio del delantero Karl-Anthony Towns. Y también adquirió a Mikal Bridges de los Brooklyn Nets, con tal de hacerle la vida imposible a Boston desde el día uno.