Eduardo Clark, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, dijo en Palacio Nacional, durante el encuentro de la presidenta Claudia Sheinbaum con la prensa, que desde hace 25 años en México, “gracias a las políticas neoliberales, hemos visto una reducción en el porcentaje de medicamentos e insumos médicos producidos en el país”.
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En ese sentido, el funcionario advirtió que “la tarea del Sector Salud es revertir esta situación y hacer que México no sólo sea una potencia farmacéutica, sino que eso se traduzca en empleos, e inversión, y que el país tenga una soberanía que signifique que los productos médicos que requieren los mexicanos se produzcan en México, es decir, que tengamos la capacidad de atender, con nuestra propia industria, las necesidades de los pacientes”.
Bajo este contexto, anunció la firma de un decreto presidencial “para fomentar, a partir de 2026, la inversión en el país de la industria farmacéutica, y que tiene el objetivo de que, en los siguientes años, haya un porcentaje cada vez mayor de inversión para este sector”.
Este decreto “tiene que ver con la manera en que se hará la compra de insumos genéricos (medicamentos sin patente), que representan el gran volumen de adquisición pública. Cada dos años, el gobierno gasta más de 330 mil millones de pesos en insumos para la salud, y este recurso se usará como una de las palancas para que la industria farmacéutica venga a instalarse en México”.
Para comprar esos medicamentos, se usará un criterio de puntos y porcentajes, “para dar preferencia a aquellas compañías que cuenten con plantas en México y que acrediten nuevas inversiones en nuestro país”.
Con este decreto, dijo Clark, “estamos convencidos de que empresas farmacéuticas de Asia, Norteamérica y Europa buscarán hacer relocalización de sus procesos productivos en México, con el fin de ser más competitivos en las compras públicas de nuestro país”.
En cuanto a los medicamentos de patente, cerca de 40 transnacionales representan 150 mil millones de pesos en compra pública de medicamentos cada dos años, “un gasto muy alto, y por ello, la compra de estos volúmenes debe asociarse con un compromiso de inversión de esas compañías; es decir, que una parte de esos ingresos que obtienen en México se reinviertan en México”.
Por su parte, Armida Zúñiga, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), indicó que, bajo el contexto del Plan México, la dependencia que encabeza “desempeña un rol estratégico, ya que, además de vigilar la calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos, se convierte en un detonante para a inversión en México”.
Por ello, dijo, el compromiso consiste en transformar a la Cofepris en una institución “ágil, transparente y armonizada internacionalmente”. Para lograr esto, la funcionaria explicó la estrategia que se aplica: “en primer lugar, simplificación y digitalización del cien por ciento de sus trámites, incluido todo lo relacionado con el sector farmacéutico y de dispositivos médicos, así como permisos de publicidad, protocolos de investigación e incluso permisos de importación a través de una ventanilla única”.
En segundo término, detalló, la Cofepris fomentará la investigación clínica y reducirá, en este rubro, los tiempos de atención. Un tercer punto implica cambiar, en la ruta regulatoria, los permisos “que suelen tener tiempos de atención más prolongados por avisos, y esta estrategia impactará en más de 2 mil 200 dispositivos médicos”.




