La prometedora carrera de Rodrigo Pacheco se ha estancado en un bache que lo tiene anclado en la posición número 200 del ranking de la ATP. Con 18 años alcanzó el número uno del ranking mundial de juveniles, pero en su salto al profesionalismo, se ha quedado corto. En ese mismo atolladero se marchitaron un sinfín de raquetas que prometían ser la salvación del deporte blanco tricolor. Y aunque aún es pronto para sacar conclusiones, el ser solo dos años menor que Carlos Alcaraz hace que el tiempo comience a ser su mayor enemigo.
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El yucateco dio muestras de su talento al avanzar a la segunda ronda de la fase de calificación del pasado US Open 2025, al derrotar al francés Sascha Gueymard Wayenburgen. Pero el italiano Francesco Passaro le hizo ver su suerte al cortarle el sueño de colarse al main draw del último Grand Slam del año, ganado precisamente por el español, quien —de paso— tomó por asalto el número uno del escalafón mundial.
“Yo creo que la gente está queriendo acelerar procesos porque siempre hay un talento extraordinario, como Carlitos Alcaraz, y todas las comparaciones se basan desde ahí. Igual en la historia se ha tenido un (Diego) Maradona, un (Lionel) Messi, un Pelé; pero eso no quiere decir que todos los jugadores serán Messi o Maradona. Rodrigo Pacheco va en un camino a su paso, creemos que le falta por crecer. Está haciendo un trabajo diferente, pero Rodrigo Pacheco estamos muy seguros que nos va a dar otro camino”, asegura el presidente de la Federación Mexicana de Tenis (FMT), Carlos González López de Lara.
Ernesto Escobedo cumplió el sueño de jugar en el cuadro principal de un Grand Slam, pero lo cierto es que se trata de un mexicoestadounidense que durante años se negó a representar al país. Pacheco Méndez es la carta fuerte del tenis nacional y una apuesta de la FMT desde que la comenzó a liderar González con una nueva visión en busca de llevar de la mano a jóvenes prospectos con cada vez más torneos en el país, con tal de darles mayor fogueo.
“Ya tenemos cuatro años que comenzamos con esta estructura, muy difíciles, por haber tenido el tema de COVID, de haber comenzado sin ninguna relación con el gobierno. Ahora que estamos reconstruyendo, creemos que vamos a poder acelerar, que eso también nos sirvió mucho para poder cambiar la infraestructura de federación y hacerla caminar por sí sola y estos impulsos ya acercándonos con gobierno, teniendo ya apoyos económicos, sabemos que vamos a poder generar otro tipo de estrategias que teníamos pendientes para poder mandar jugadores al extranjero y poder acelerar también la parte de capacitación de los entrenadores que queremos tener en México”, dice.
“Lo que tenemos que trabajar es una masificación, pero también impulsar, porque la mayoría del deporte en México es recreativo y los padres de familia, los clubes sociales, su infraestructura es recreativa. Estamos empezando a hacer más academias de alto rendimiento donde se está creciendo. Es paulatino, es con calma, pero ya hay una infraestructura que en los últimos 40 años no teníamos. Ahora podemos decir que esa infraestructura la tenemos con capacitación de nuestros entrenadores, que también se había dejado”, refuerza.
Pero el mayor problema que detecta Carlos González, pasa por la idiosincrasia del mexicano, ya que desde su óptica, en lo general, no se toma en serio su rol en el alto rendimiento y es esa la gran diferencia que lo rezaga de grandes deportistas que, por el contrario, hacen de su preparación todo un rito.
“Lo que nos hemos encontrado es que aquí los mexicanos somos muy buenos deportistas, muy buenos jugadores, por ejemplo, de tenis. Tenemos talento, pero no tenemos una mentalidad de deportista. Quiere decir que la parte física siempre queda a un lado. ‘Yo me quiero divertir, quiero gozar lo que estoy haciendo, pero no sacrificarme en lo físico’. Y tenemos ejemplos como Alcaraz, que aparte tiene talento, pero la gran diferencia es el físico. Jannik Sinner, que no tiene el talento de Alcaraz, es un monstruo porque también está en la parte física en otro nivel”, analiza.
“Lo ves con los grandes jugadores en general, que no han llegado, que sabemos que tienen mucho talento, que llegan a cientos de instancias y se caen porque la parte física no se da. Aquí en México es lo que nos falta trabajar. Tenemos muy pocos entrenadores físicos en el deporte, y muy poca idiosincrasia de padres de familia que no quieren que los hijos sufran, porque se mantiene el sufrimiento para lograr objetivos a un sufrimiento en la parte emocional”, finaliza.

Foto: Martín Avilés 


