Ante la medida adoptada por el gobierno de los Estados Unidos, que eleva los aranceles de 25% a 50% a partir de este lunes al acero y aluminio provenientes de México, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) demandó al gobierno mexicano actuar con firmeza para proteger a nuestras industrias, “y contemplar medidas recíprocas que garanticen condiciones equitativas de competencia”.

Acusó que la decisión del vecino país del norte, representa un retroceso grave en la integración económica de América del Norte, además de un acto unilateral que contradice el espíritu de cooperación del T-MEC y amenaza directamente la competitividad de sectores clave en nuestra región, como el automotriz y el manufacturero.

Tras lo anterior, el sindicato patronal dio su respaldo total a los esfuerzos del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para evitar esta escalada arancelaria, a través del diálogo y el uso de los mecanismos previstos en el T-MEC, aunque pifió firmeza en el diálogo.

Acusó que el comercio basado en reglas claras y justas debe prevalecer sobre visiones proteccionistas que distorsionan el mercado.

“Hoy más que nunca, necesitamos certeza jurídica, cooperación bilateral y una estrategia común que fortalezca nuestras economías frente a los retos compartidos. Al mismo tiempo, consideramos indispensable impulsar condiciones que favorezcan la inversión en México, con el fin de elevar la demanda interna y contrarrestar las mayores barreras a la exportación”, señaló el organismo que encabeza Juan José Sierra Álvarez.

Aseveró que la creación de un entorno empresarial favorable puede reducir nuestra dependencia de los mercados externos y fortalecer la capacidad de respuesta nacional frente a la incertidumbre económica global, lo que implica facilitar el acceso a insumos competitivos, garantizar un entorno de seguridad y Estado de Derecho, así como promover políticas públicas que incentiven el crecimiento sostenido de las micro, pequeñas y medianas empresas.

La Coparmex aseveró que la relación bilateral en el comercio de acero es fundamental para ambas naciones, pues los datos del 2024 indican que Estados Unidos tuvo un superávit de cuatro mil millones de dólares y 2.3 millones en toneladas de productos terminados.

Mientras que 75% del acero producido en México tiene como destino Estados Unidos, por lo que esta decisión “compromete miles de empleos y pone en riesgo inversiones esenciales para el desarrollo económico de la región. Resulta incomprensible que se invoquen argumentos de seguridad nacional para justificar una medida que perjudica a los propios aliados estratégicos de Estados Unidos”, aseveró el sindicato patronal mexicano.

En 2024, el 52% del acero exportado por ese país tuvo como destino México, y aproximadamente el 35% de sus importaciones provino de socios del T-MEC como Canadá y México.

Por lo anterior, la Confederación aseveró que, “lejos de representar una amenaza, la interdependencia de nuestras cadenas productivas ha sido un pilar de resiliencia y dinamismo económico frente a los desafíos globales”, y reiteró su compromiso con la defensa del Estado de Derecho, la libre empresa y un comercio internacional que promueva el crecimiento con equidad.