Continúan presentándose casos de rabia; pide UNAM vacunar a animales

1, octubre 2022

PATRICIA RAMIREZ

Foto: Cortesía Gaseta UNAM

Aunque México fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el primer país libre de rabia transmitida de perros a humanos, el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud de la semana 35 -del 28 de agosto al 3 de septiembre pasado- registró un acumulado de 71 mil 396 atenciones por mordeduras de perros en el país, en el presente año. La Ciudad de México fue la entidad con más casos: tres mil 548 mordeduras a mujeres y tres mil 824 a hombres.

El académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Jorge Francisco Monroy López, advirtió que es importante continuar con la vacunación de los caninos contra esta enfermedad, pues hay quienes piensan, erróneamente, que como está controlada es innecesario inmunizarlos.

“Si suspendemos la vacunación es muy probable que el problema vuelva a surgir, porque tenemos reservorios naturales de la enfermedad, animales de vida silvestre como los murciélagos, zorros, zorrillos, mapaches”, sentenció el especialista en el marco del Día Mundial contra la Rabia, que se conmemora el 28 de septiembre, en homenaje a Louis Pasteur, quien produjo la primera vacuna contra este mal.

Sin embargo, el especialista en Epidemiología y Análisis de Riesgo, advirtió que los tres o cuatro casos de rabia que se detectan al año son resultado del contacto con otras especies, que siguen transmitiendo la enfermedad.

Francisco Monroy López advirtió que la rabia es una enfermedad aterradora, pues el virus causante llega a algún nervio periférico y a partir de ahí se multiplica para entrar al sistema nervioso central donde destruye las neuronas y las obliga a producir nuevos virus.

Los individuos afectados pierden la capacidad de controlar sus músculos y tienen cambios de comportamiento. También presentan hiperestesia (aumento anormal y doloroso de la sensibilidad táctil), hiperacusia (hipersensibilidad auditiva) y fotofobia (intolerancia anormal a la luz).

“Sienten mucho más, son hipersensibles y eso les produce dolores de cabeza. Además, se les dificulta beber agua y comer, lo más humanitario es sedarlos. Las personas que mueren son principalmente por paros cardiorrespiratorios”, acotó el académico.

Agregó que el problema también es importante para la ganadería, porque hay vacas y caballos que aún mueren por esta enfermedad. En nuestro país, prosigue el universitario, los pocos casos ocasionales que se presentan en humanos han sido por contacto con especies distintas a los perros. Advierte que siempre hay que sospechar de un animal silvestre que se acerca a los individuos porque lo natural es que se alejen. “Cuando no huyen pueden estar enfermos, puede ser rabia”, advirtió.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) esta enfermedad se presenta en 150 países de los cinco continentes, donde se registran aproximadamente 60 mil muertes humanas anuales, en la mayoría de los casos el perro es la fuente de infección.

En América Latina y el Caribe, a partir de 1983 se lleva a cabo el Programa de Eliminación de la Rabia Humana Transmitida por el Perro, coordinado por la OPS y la OMS, mediante el cual se ha reducido en más de 95 por ciento los casos, tanto en humanos como en caninos.

Se estima que cada año se vacunan cerca de 100 millones de perros en campañas de inmunización. La recomendación de estos organismos es mantener una cobertura de inoculación arriba del 80 por ciento, como una estrategia para reducir la circulación del virus.

Hay que seguir con la vacunación una o dos veces al año. Normalmente hay una campaña alrededor de marzo y una de reforzamiento en zonas de mayor riesgo, justamente por septiembre”, comentó.

La estrategia del gobierno mexicano para controlarla incluye también acciones con la secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, entre otros, agrega Monroy López.  

Sin embargo, subrayó que hay cerca de un millón 700 mil virus en la naturaleza, y se estima que la mitad tiene potencial para transmitirse al ser humano, pero sólo hemos identificado menos del uno por ciento.