La afición de Chivas, uno de los clubes más populares y tradicionales del futbol mexicano, atraviesa un periodo de enojo y decepción. Una serie de factores han contribuido a esta crisis, que ha empujado al equipo a transitar por la mediocridad en el Clausura 2025.

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El desempeño del Rebaño ha sido francamente decepcionante. Con una racha de seis partidos sin ganar —incluida una dolorosa derrota 3-1 frente a Rayados el pasado 5 de abril—, el conjunto rojiblanco se ubica en la posición 11 de la tabla general, con apenas 16 puntos en 13 jornadas. Además, no ha conseguido una sola victoria como visitante en lo que va del torneo, lo que subraya su falta de consistencia.

A esta situación se suman problemas estructurales dentro del club. Lesiones de delanteros clave han mermado su poder ofensivo, y la inestabilidad en la dirección técnica ha impedido consolidar un proyecto a largo plazo. En menos de un año, Chivas ha visto pasar por el banquillo a Fernando Gago, Óscar García —quien enfrentó problemas de salud y fue suspendido—, y actualmente es Gerardo Espinoza quien funge como técnico interino, aunque bajo una percepción de que el plantel está controlado por algunos de los jugadores con más peso en el vestidor.

El constante cambio de timón ha impedido construir una identidad sólida, lo que se refleja en la cancha.

Por otro lado, el descontento también apunta hacia la cúpula directiva. La gestión de Amaury Vergara ha sido fuertemente criticada por sectores de la afición que la perciben como pasiva y poco comprometida con el éxito deportivo. Hay quienes aseguran que dentro del club prevalecen los intereses personales sobre los resultados, lo que alimenta la sensación de estancamiento. Chivas no conquista un título de liga desde 2017, y en los últimos treinta años solo ha ganado tres campeonatos, una cifra muy por debajo de la que han conseguido sus rivales históricos, como el América.

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A pesar de los esfuerzos por reforzar al equipo con jugadores como Luis Romo, Miguel Tapias y Alan Pulido, los resultados no han sido los esperados. La salida de elementos como Antonio Briseño, Pável Pérez y Jesús Orozco Chiquete, sumada a la escasa participación de otros como Ricardo Marín, también ha generado dudas sobre el rumbo que toma la directiva. Incluso, el regreso de Javier “Chicharito” Hernández ha sido motivo de críticas, ya que su aporte en el terreno de juego no ha estado a la altura de las expectativas mediáticas.

El hartazgo de los aficionados ha llegado al punto de las manifestaciones. En recientes partidos, se han desplegado mantas con mensajes como “Chivas no es para cag…es“, evidenciando el descontento y exigiendo cambios profundos en la estructura del club.

La presión se intensifica por la cobertura de los medios, que para muchos aficionados tiende a exacerbar los problemas del equipo, amplificando la crisis institucional y generando aún más tensión en el entorno rojiblanco.

En resumen, la afición de Chivas vive un momento de frustración generalizada, provocada por un cúmulo de errores deportivos, directivos y estructurales. La exigencia es clara: dejar atrás la mediocridad y devolverle al Rebaño el protagonismo que su historia merece.