GUSTAVO MARES
Foto: Reuters
Después de que el conjunto de los Jefes de Kansas City derrotó a los Aguilas de Philadelphia en Glendale, Arizona, las quejas de los jugadores de ambos cuadros respecto al terreno de juego no se hicieron esperar. Aseguran que el campo estaba resbaloso por mojado.
Con la superficie poniéndose peor al transcurrir la noche, los jugadores de ambos equipos sufrieron para mantener el equilibrio el domingo. Varios debieron cambiar sus zapatos durante un juego que culminó con los Kansas City Chiefs remontando en la segunda mitad para vencer a los de Philadelphia.
“Fue como jugar en un parque acuático“, comentó el tackle izquierdo de los Aguilas de Philadelphia, Jordan Mailata.
Y es que el State Farm es un estadio que tiene antecedentes de emparrillados resbalosos. Los jugadores se quejaron de las condiciones del campo durante el Juego por el Campeonato Nacional de la NCAA entre Oregon y Auburn en el 2010. Lo mismo ocurrió en la Semifinal del College Football Playoff entre Alabama y Clemson en el 2015.
El Fiesta Bowl ha tenido múltiples episodios de jugadores resbalándose.
Y la historia se repitió en el Super Bowl, pese a que la NFL dedicó casi dos años para preparar el campo.
“La cancha estaba terrible”, señaló el liniero defensivo de Kansas City, Frank Clark. “Hemos tenido este problema en Arizona antes. Muchos de estos estadios tratan de hacer tácticas nuevas con el pasto, intentan hacer cosas nuevas. He jugado fútbol americano desde que tenía 7 años. El mejor pasto es el pasto que naturalmente está allí.
Jugadores de los Kansas City y Philadelphia señalaron que la superficie estaba resbalosa. “Al final del día, fue la cancha que nos dieron”.
Patrick Mahomes, el quarterback estelar de los Chiefs, se resbaló al intentar un corte, aunque logró avanzar unas yardas más en la jugada. El receptor abierto de Kansas City Skyy Moore, también perdió el equilibrio en otra acción y el corredor Isiah Pacheco patinó cuando celebró anotar un touchdown.
Al final, la polémica siempre presente.