La cena de Navidad sigue siendo una de las tradiciones más arraigadas en los hogares mexicanos, pero este año el gasto se ha convertido en un ejercicio de ajuste y moderación. Aunque algunos precios de alimentos básicos se han mantenido estables, comerciantes y consumidores coinciden en que el principal problema no es el encarecimiento, sino la falta de dinero.
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De acuerdo con un estudio de la empresa global Kantar, una cena tradicional para cinco personas, que incluye pasta, romeritos, pierna, pavo o bacalao, además de bebidas, puede costar entre 3 mil 500 y 4 mil pesos. A esto se suma el gasto en regalos, que oscila entre 500 y mil 500 pesos por persona, una cifra que muchas familias buscan reducir.
La carne no sube, pero se vende menos
En mercados y tianguis de la capital, la dinámica es clara: hay mercancía, pero el consumo es medido. Ana Salomé, comerciante de carne, explica que la pierna de cerdo se mantiene entre 100 y 110 pesos el kilo, mientras que el lomo y la costilla rondan los 130 pesos.
“Antes la gente se llevaba la pierna entera, ahora no. Piden uno o dos kilos, lo que alcance”, señala. Una pieza completa puede costar más de mil pesos, por lo que la compra por porciones se ha vuelto la norma. “No es que esté más caro, lo que no hay es dinero”, resume.
Cenas sencillas y rápidas
Para muchos comerciantes, la Navidad se vive entre el trabajo y la convivencia familiar improvisada. Gabriel Durán, vendedor de relojes y artículos eléctricos, cuenta que él y su familia no hacen grandes preparativos.
“No tenemos planes para hacer comida. Si acaso un pozolito, unas migas o un molito, algo rápido”, dice. La jornada del 24 de diciembre se extiende hasta las ocho o nueve de la noche, por lo que la cena se prepara en el mismo lugar de trabajo, con un anafre y lo indispensable. “La cosa es convivir con la familia”, afirma.
Romeritos, entre los favoritos
Otros productos típicos mantienen su presencia por tradición. Margarita Jiménez, comerciante de verduras, señala que los romeritos siguen siendo uno de los más buscados, incluso por encima de la carne.
“El romerito solo se come una vez al año, por eso la gente sí lo compra”, explica. Este platillo, acompañado de camarón o mole, se perfila como una alternativa más económica frente a la pierna o el pavo.
Clave para ahorrar
El 52 % de las familias celebrará la Navidad en casa, mientras que el 37 % lo hará en viviendas de familiares o amistades. En este contexto, los mercados y tianguis juegan un papel central. En un país donde la informalidad laboral alcanza el 55.4 % de la población ocupada, estas fechas representan una parte clave de los ingresos anuales.
Consumidores como Wendy Cecilia Cuevas prefieren estos espacios por sus precios accesibles. “Aquí encuentro todo más barato”, dice. Rubí, compradora en el Mercado de Sonora, coincide: “Todo está carísimo, pero aquí siempre sale un poco mejor que en las tiendas departamentales”.
Así, entre porciones más pequeñas, platillos sencillos y compras cuidadosas, las familias mexicanas buscan mantener viva la tradición navideña sin desbordar el presupuesto.

Foto: Aracely Martínez 








