Cuchillito de palo | La vida sigue

17, diciembre 2022

Mientras el Senado mantenía la zozobra por su votación de la golpista Reforma Electoral -que al fin consumaron-, moría el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa. Al momento se le convirtió en héroe patrio, dechado de virtudes y mejor servidor público. Bastante lejos de la verdad de un personaje que se movió a dos aguas, oportunista, con tufo de corrupción y de poco compromiso con su estado, aunque sin duda alguna, los hay mucho peores. Habría que recordar sus malabares cuando dejó el PRD, lo que algunos calificamos de esquirol.

Barbosa, amén de todo, era un atrabancado, como cuando dijo que el Covid se curaba con un mole con pollo y otras lindezas del estilo, que confirmaban su desprecio por la atención de la pandemia. Trajo en jaque a la Universidad de las Américas, por un conflicto del que debería haberse mantenido neutral y no se vio que, su llegada a la máxima silla aportara un mayor bienestar y bonanza para los poblanos.

Pero, si estás en el candelero del partido en el Poder, la muerte parece que purifica de todos los pecados y más cuando te encuentras bajo la férula del mesías tabasqueño.

En cuanto se supo de su fallecimiento se alocaron quienes, desde el Congreso, pelean por la grande de su natal Puebla: el líder de la fracción morenaca de diputados, Ignacio Mier y el presidente de la mesa directiva del senado, Alejandro Armenta. Ninguno de los dos aspiraba al interinato de los dos años que le quedan a ese mandato, sino que buscan que el ahora suplente de Barbosa sea afín a sus ambiciones para el 24. Se darán con todo, como acostumbran en ese pleito de cavernícolas en el que está inmersa la grilla.

Mier ha demostrado una enorme abyección a favor de AMLO y pasará a la historia por su papelón en la barbarie de la Reforma electorera. De momento estará muy satisfecho con su servilismo, pero la historia no perdona y el bofetón a la democracia trascenderá a este y otros sexenios. A cuantos legisladores fueron capaces de voltearle la espalda a México y votarla a favor, las páginas escritas del mañana, los revelarán como a la recua de traidores a la patria que fueron.

Y al partido guinda no le quedó de otra que definirse por la candidatura para Coahuila del senador Armando Guadiana, a pesar de lo encarrilado que iba Ricardo Mejía, subsecretario de seguridad.

Este último parecía el preferido del tlatoani, aunque ya sabemos cómo se las gasta el de palacio y a saber qué intereses lo llevaron a aceptar que las encuestas favorecieran al legislador.

Hay quien dice que hubo una concertacesión con el PRI, para que pueda conservar el año próximo, uno de los pocos estados que le quedan.

En unos tiempos en los que la política está hundida en el peor de los lodazales, a saber cuál sea la verdad. El punto es que se ve difícil que el recién nominado le pueda ganar al elegido tricolor -Manolo Jiménez-, personaje que aparece siempre, en el primer lugar de las encuestas.

No hay garantías de que Morena acepte perder algo, en el cercano junio. Entonces se rifan un Estado de México y Coahuila, preludio infame de lo que podría ser la catástrofe del 24. En especial, el Estado de México, por el número de sufragios que representa, es un bocado imperdible.

Empiezan las posadas, el jolgorio navideño y la atención ciudadana se enfoca en la temporada, mientras la piedra política del Pípila, -que llevamos a cuestas- se hace a un lado. A ver si por lo menos logramos dormir sin pesadillas.

 

catalinanq@hotmail.com
@catalinanq