El matador de toros español David de Miranda ha dado un paso decisivo en su proyección profesional al incorporar al maestro Enrique Ponce como nuevo apoderado. La alianza quedó formalmente sellada este jueves 27 de noviembre, durante una reunión en la que ambas partes rubricaron el compromiso con el tradicional apretón de manos, gesto simbólico que marca el inicio de una relación profesional cuya duración, por ahora, será indefinida. La nueva etapa arranca con la mirada puesta en una ambiciosa Temporada 2026, que se perfila como un punto de inflexión en la evolución del torero.

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La decisión llega tras un periodo de reflexión iniciado el pasado mes de septiembre, cuando De Miranda optó por poner fin a su colaboración con el empresario José Luis Pereda, responsable de su carrera durante los dos últimos años. Bajo ese apoderamiento, el diestro firmó algunas de las actuaciones más sólidas de su trayectoria reciente, lo que lo situó como una de las revelaciones de la Temporada 2025. Consciente del impulso que vive su carrera y de la necesidad de reforzar su estructura profesional, el torero comenzó una búsqueda discreta y estratégica para perfilar su futuro.

El elegido finalmente ha sido Enrique Ponce, figura indiscutible del toreo contemporáneo y una de las personalidades más influyentes del último cuarto de siglo en la Tauromaquia. Su incorporación supone no solo la llegada de un apoderado experimentado, sino de un referente artístico que conoce en profundidad las demandas, ritmos y exigencias de la élite taurina. Este movimiento marca, además, el inicio de una nueva etapa para el propio Ponce, que tras su retirada de los ruedos continúa vinculado al mundo del toro desde una posición estratégica, aportando su experiencia, criterio y visión a las nuevas generaciones.

El equipo de apoderamiento se completa con la presencia de Juan Ruiz Palomares “Hijo”, quien participará activamente en la gestión y planificación de la carrera del torero. La incorporación de este perfil añade una estructura sólida, con capacidad para abordar tanto la proyección artística de De Miranda como la negociación de compromisos en plazas de relevancia.

Con esta decisión, David de Miranda encara el futuro con renovada ilusión y la convicción de que 2026 puede convertirse en un año determinante. La alianza con Enrique Ponce tiene, en el ámbito taurino, una fuerte carga simbólica: una figura consagrada que respalda a un torero en pleno crecimiento, uniendo experiencia y ambición en un proyecto común que, desde su inicio, genera expectación dentro del sector.