ZACATECAS.- La Monumental Zacatecas abrió su Serial Taurino de la Fenaza con una novillada marcada por la entrega, pero también por un nombre propio: Miriam Cabas. La novillera española debutó en México y lo hizo con fuerza, firmando la actuación más completa de la tarde y cortando dos orejas en el coso zacatecano, plaza que se convirtió en escenario de su primer gran triunfo en tierras mexicanas. Entre la firmeza de César Ruiz, la voluntad sin premio de Juan Flores y la revelación de Cabas, la lluvia que cerró la jornada no pudo opacar lo que significó esta apertura para la fiesta.
César Ruiz: firmeza en construcción
El aguascalentense César Ruiz mostró que posee un sitio ganado a base de determinación. Con “Soñador”, se fue de rodillas y toreó con decisión a la verónica. Tomó los palos con soltura y creatividad, especialmente con un par al violín que arrancó la ovación. En la muleta, pese a que el novillo careció de fuerza, Ruiz lo llevó con suavidad y temple, sacando muletazos de calidad. La oreja obtenida fue justa y reflejo de una faena sólida.
El cuarto del festejo, “Aspirante”, de 354 kilos, de Monte Caldera, para César Ruiz, que gustó con el capote y en las banderillas, destacando con un par de cortas, saliendo airoso y ovacionado. Brindó su faena al buen aficionado Adrián Jáquez, siendo la antesala de una actuación variada, de valor, conjuntando la determinación y las buenas maneras por ambos pitones.
Juan Flores: la voluntad sin premio
El zacatecano Juan Flores quiso agradar a toda costa. Recibió a “Bienestar” a porta gayola y brindó la muerte del novillo a Teodoro Gómez, gesto de gratitud y respeto. Sin embargo, la realidad del ruedo fue otra: el toro se mostró áspero y exigente, y el novillero careció de claridad y de los recursos técnicos necesarios para imponerse. Erró con la espada y escuchó los tres avisos.
Con “Formidable”, la lluvia torrencial complicó aún más las cosas. Flores buscó variedad con el capote, pero en banderillas padeció más de lo que lució. Con la muleta, alternó destellos de intención con momentos de desconcierto, siendo desarmado varias veces. El público reconoció su valor, pero la espada volvió a negarlo todo. Se le fueron vivos sus toros: dura lección que deja claro que la voluntad, por sí sola, no alcanza.
Miriam Cabas: el triunfo con claridad
La novillera española Miriam Cabas fue la gran triunfadora de la tarde. Con “Revolucionario”, saludó con temple y ejecutó un quite por chicuelinas que recordó la pureza de su concepto. Brindó a Pedro Haces y, desde el inicio, supo poner orden en una faena seria, firme y de gran profundidad. El novillo pedía mando, y ella lo sometió con muletazos poderosos, destacando por el izquierdo, donde se impuso con autoridad. Cortó una oreja.
Con el sexto, Cabas redondeó su actuación. Toreó a la verónica con clase y empaque, y en la muleta se recreó en muletazos largos, hondos, con un concepto claro y depurado. El novillo tuvo calidad y transmisión, y la española lo aprovechó al máximo. Pese al fallo con la espada, la faena fue rotunda, y el premio de dos orejas la convirtió en la triunfadora indiscutible de la novillada.
El Apunte
La apertura en Zacatecas fue un espejo del presente de la tauromaquia joven: Ruiz mostró que la firmeza lo respalda, Flores que la voluntad sin oficio no alcanza, y Cabas que con claridad y temple se puede triunfar en cualquier plaza. Entre la lluvia, la entrega y los contrastes, la tarde dejó una certeza: el relevo generacional está en marcha, y el triunfo solo se alcanza cuando la voluntad se convierte en certeza y la ilusión en verdad.

Foto: Manolo Briones 














