Por las aulas del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, Amado Zamora Vázquez moldea mentes como profesor de tiempo completo, mientras que a la par, en el tartán, escribe hazañas como atleta.

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Este docente con 13 años de experiencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) acaba de lograr una proeza en los VIII Juegos Deportivos Mundiales de Trabajadores en Loutraki, Grecia.

El catedrático se erigió como doble medallista de oro en 800 y mil 500 metros planos en la categoría máster de 40-49 años, con lo que ha superado un diagnóstico que pronosticaba su retiro forzado por una enfermedad.

Y es que Zamora logró superar un padecimiento de artritis reumatoide que despertó bajas expectativas por parte de los médicos que lo diagnosticaron. Contra todo pronóstico, hizo sonar el Himno Nacional Mexicano en el Estadio Municipal Christos Thodis tras dominar ambas pruebas.

“Estos logros son resultado de un esfuerzo constante durante varios años. Padecí artritis reumatoide, los doctores me decían que ya no iba a poder correr o incluso caminar, pero me di cuenta que entre más me activaba, más me alejaba de los dolores que sufría. Gané confianza y lo hice un estilo de vida”, dijo el docente a la Gaceta de la UNAM.

El académico de la Universidad Nacional realizó un tiempo de dos minutos, ocho segundos y 22 décimas en la prueba de los 800 metros planos, que le valió para superar a su paisano Omar Marín González (2:09.65) y así quedarse con la medalla de oro.

En tanto, en los mil 500 metros planos, Zamora Vázquez hizo 4:22.28, con lo cual se impuso nuevamente a Omar Marín (4:26.56) en esta prueba, y a Frog Dan Vadim (5:17.03), para alcanzar su segundo metal dorado de la contienda. Un triunfo que sabía a revancha.

“Los médicos me dijeron que no volvería a correr por artritis reumatoide. Descubrí que el movimiento alejaba el dolor“, contó el ingeniero de formación, quien transformó su terapia en estilo de vida.

Su historia en la UNAM comenzó en 2005, cuando era estudiante de Ingeniería y atleta bajo la tutela de Susana Herrera. Fue guía del paratleta Luis Herrera en Atenas 2004, cuando se alzó con un séptimo y un octavo puesto en mil 500 y 5 mil metros, respectivamente. Es así que a su regreso a Grecia ha completado un círculo virtuoso.

“Es mi mayor logro como Máster“, afirmó quien también brilló en la Carrera Nocturna de CU. “A los jóvenes les digo: ‘disfruten el proceso, siempre habrá otra oportunidad para superar límites’”.

Con la mira puesta en el Sudamericano Máster de Santiago en noviembre próximo, este profesor y atleta demuestra que los récords personales no tienen fecha de caducidad. Su próxima meta es inspirar desde el ejemplo, como hace cada mañana frente a sus alumnos y cada tarde en las pistas.