Del invernadero al hogar… El largo camino de una Nochebuena

En San Luis, Xochimilco se mantiene una tradición de cuatro generaciones en la producción de flor, un cultivo que exige meses de cuidados



Foto: Aracely Martínez

En los invernaderos de San Luis, en la alcaldía Xochimilco, la producción de Nochebuena es más que una actividad económica: es una herencia familiar que Luis Alejandro Bando Martínez conserva como parte de la cuarta generación de productores. Sus bisabuelos trabajaban hortalizas —lechuga, maíz y otras legumbres— hasta que la falta de agua limpia en los canales lo obligó a cambiar de rumbo y apostar por las plantas ornamentales, una actividad que hoy sostiene a decenas de familias.

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Una nueva generación de productores

Con 29 años, Luis Alejandro comenzó hace cinco a sembrar por cuenta propia, con un pequeño espacio que sus padres le cedieron para independizarse. Desde entonces produce Nochebuena, pascua, tulipán y otras variedades que nutren temporadas clave como San Valentín, Día de las Madres, Día de Muertos y Navidad.

¿Cuál es el proceso de la flor?

El proceso de producción requiere meses de trabajo. La maceta de 8 pulgadas inicia en marzo; la de 7 pulgadas, entre abril y mayo; la de 6, en junio; y las más pequeñas, en julio y agosto. Cada etapa exige control preciso del sustrato, humedad y drenaje.

La calidad del agua en Xochimilco, afectada por descargas y contaminación, obliga a usar varios tipos de fungicidas para proteger la raíz. “Es un proceso muy largo; por eso el costo. La planta necesita base fuerte para desarrollarse”, explica Luis.

Las Nochebuenas son sensibles. Si la humedad no es la adecuada, si la luz es insuficiente o si la planta sufre cambios bruscos, puede “estresarse”: se ve caída, triste, sin vigor. En ese estado no absorbe abono ni responde a tratamientos contra plagas.

Para recuperarlas se aplican aminoácidos y se ajusta la luminosidad. “Al final del día una planta es un ser vivo. Se intoxica, se enferma, pero también se cura”, dice.

El secreto del color: noches más largas

A partir del 5 de septiembre comienza la etapa de pigmentación. Para lograr el característico rojo, los productores cubren los invernaderos con plástico negro y alargan artificialmente la noche. La variedad que domina el mercado es la Prestige, que requiere ocho semanas de oscuridad.

También se usan técnicas como aplicación de azúcares o calor controlado, pero los plásticos siguen siendo el método más efectivo ante lluvias o falta de luz.

Aunque la Nochebuena roja sigue siendo la favorita, la floricultura ha desarrollado una gama amplia de tonos: rosas, marmoleados, dorados e incluso naranjas. Entre las variedades más comunes están Prestige —la más resistente—, Freedom —de hojas anchas y frágiles— y Subjibi, usada en macetones por su flor grande y color cereza.

“Al final es gusto del cliente, pero la roja tradicional siempre será la reina”, afirma.

Temporada 2025

Para este año no hay un color “estrella”, pero los productores continúan apostando por nuevas combinaciones y genética mejorada. La venta inició el 20 de noviembre y se extiende hasta finales de diciembre, cuando la tradición, el trabajo comunitario y el color rojo iluminan nuevamente los pasillos de Xochimilco.