TRILLO.- Bruno Aloi estuvo esforzado este domingo en la plaza de Trillo, donde se quedó al margen de cortar una oreja al primer novillo de su lote, del hierro de Guerrero y Carpinteiro, luego de una lidia completa y variada que no tuvo la rúbrica de la espada, a lo largo de una tarde en la que compartió cartel con Víctor Cerrato y Cid de María.
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A ese ejemplar, corrido en segundo lugar, lo toreó bien a la verónica tanto a pies juntos como con el compás abierto. Más tarde hizo un buen quite por tafalleras que remató con una revolera, previa a la ejecución de una caleserina, con ese mismo afán de buscar la variedad, que hoy fue una constante en su actuación. Ya con la muleta, el de Guerrero y Carpinteiro se movió con nobleza y desde el comienzo Bruno lo toreó con toques suaves, por lo que le caminó con torería para sacarlo a los medios. Al intentar iniciar la segunda tanda, con una vitolina muy relajada, el novillo lo encunó y le pegó una fuerte voltereta en un momento de peligro que calentó el ambiente en los tendidos.

Luego vino una serie de redondos con mando y emoción, y después unos naturales tersos, girando en los talones con ritmo y calidad. Terminó con unos excelentes doblones antes de señalar un pinchazo y colocar tres cuartos de estocada, contraria y trasera, que requirió tres golpes de descabello que le impidieron cortar una oreja.

El de Baltasar Ibán, corrido en quinto lugar, se enceló en el caballo durante el puyazo y llegó reservón a la muleta del torero mexicano, que buscó ponerse en el sitio para someterlo por el pitón izquierdo, pero con escasos resultados, pues el novillo acabó acostándose cuando Bruno trataba de torearlo por naturales en una faena que tuvo pasajes sueltos de buen toreo, como los doblones del inicio.
A la hora de matar se fue derecho detrás de la espada y dejó una estocada entera, ejecutada con limpieza, que tenía un poco de travesía hacia el costillar contrario, por lo que el novillo se amorcilló y tardó mucho en doblar, pues comenzó a andar lentemente a la vera de las tablas hasta que terminó echándose, ya cuando se había escuchado el segundo aviso, no obstante que Bruno nunca pudo oficiar ninguna vez con el descabello.


FOTO: CORTESÍA 


