Garantizar la seguridad alimentaria no sólo implica asegurar el acceso a los alimentos, sino también proteger su inocuidad, calidad y trazabilidad, destacan los expertos de La Cosmopolitana.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de 600 millones de personas en el mundo enferman cada año por consumir alimentos contaminados, y 420 mil mueren por causas relacionadas.
Ante ello, la realidad coloca la seguridad alimentaria como una prioridad crítica de salud pública y desarrollo sostenible, especialmente en regiones como América Latina, donde persisten desigualdades en el acceso y control de calidad de los alimentos.
Desde la visión de La Cosmopolitana, la seguridad alimentaria representa un eje estratégico que requiere una constante evolución y adopción de tecnologías de vanguardia, lo que apunta hacia la aplicación de herramientas de innovación que garanticen alimentos inocuos y nutricionalmente equilibrados, sobre todo en sectores vulnerables como hospitales, centros penitenciarios y escuelas.
Pruebas de seguridad alimentaria
Una de las prácticas más relevantes que se están implementando son las pruebas de seguridad alimentaria, las cuales permiten detectar agentes patógenos como Salmonella, Listeria monocytogenes y Escherichia coli, responsables de las principales enfermedades transmitidas por alimentos.4
En ese sentido, expertos de la empresa líder en servicios de alimentación en México explicaron que dichas pruebas, apoyadas por tecnologías de biología molecular como la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), ofrecen resultados rápidos, precisos y confiables, facilitando una respuesta temprana ante cualquier riesgo sanitario.
Actualmente, el mercado global de pruebas de seguridad alimentaria está experimentando un crecimiento sin precedentes, siendo impulsado por una combinación de factores regulatorios, tecnológicos y logísticos.
Además, se sabe que la seguridad alimentaria ya no se limita sólo a patógenos tradicionales o residuos de pesticidas; toda vez que en México y el resto de Latinoamérica, el mercado de pruebas de seguridad alimentaria experimenta una transformación alimentada por tres tendencias convergentes.
Siendo estas el aumento de contaminantes químicos y emergentes; la presión regulatoria cada vez más estricta; y la adopción de tecnologías multi residuo avanzadas.
De acuerdo con un informe reciente de Astute Analytica, se estima que dicho mercado alcance un valor de alrededor de 44.74 mil millones de dólares para 2033, partiendo de 21.24 mil millones en 2024.
La Cosmopolitana y la seguridad alimentaria
La Cosmopolitana se declina significativamente por sistemas de trazabilidad digital, controles automatizados de temperatura y humedad, y en la capacitación continua de su personal técnico-operativo, alineándose con estándares internacionales.
Esto, porque según lo perciben los especialistas, la seguridad alimentaria no puede verse sólo como un objetivo estático, sino como un proceso dinámico que debe adaptarse a los retos del cambio climático, las nuevas enfermedades y la transformación de los hábitos de consumo.
Asimismo, alineándose a lo que ocurre en México y el resto de Latinoamérica, la empresa mexicana apuesta por migrar hacia tecnologías analíticas más sensibles, automatizadas y predictivas.
En ese sentido, el mercado de pruebas de seguridad alimentaria luce con fuerza de cara al futuro, sobre todo por tres factores que no deberán perderse de vista como lo son la aparición de nuevos contaminantes; una mayor exigencia normativa nacional e internacional; e innovación tecnológica.
