El choque entre el vicecanciller de Estados Unidos, Christopher Landau, y la consejera morenista Melissa Cornejo no sólo sacudió las redes: evidenció nuevamente la fractura profunda que hay en Morena.
Por un lado, Claudia Sheinbaum, Luisa Alcalde y el clan Monreal demandaron prudencia y moderación para no enturbiar la relación con Estados Unidos.
Por el otro, figuras como José Ramón López Beltrán, hijo de López Obrador, así como cercanos a Adán Augusto, defendieron a Cornejo, alentando a mantener firmeza frente a Washington.
SISMO DIGITAL
Melissa fue brutalmente franca en X: “¡Viva la raza y métanse mi visa por el culo!”. Inmediatamente, Landau respondió, ordenando cancelarle la visa -que resultó inexistente-, y Cornejo borró el mensaje y restringió su cuenta. Más tarde, en una entrevista, puntualizó: “Me arrepiento del tono, pero no del fondo”.
En su defensa, alegó que su publicación fue “estrictamente personal y no representativa de Morena”, y deslizó la posibilidad de renunciar al partido si éste no reflexionaba sobre su posicionamiento.
Más allá de un pleito por palabras, resultó otra muestra del conflicto interno en Morena. En este nuevo capítulo se puso en balanza la línea diplomática que debe seguir Sheinbaum y la línea más radical que señala las injusticias contra migrantes.
LOS BANDOS
Claudia Sheinbaum fue clara en mañanera: “Hay que dejar de hacer política en la red X (…) El trabajo en territorio es lo importante”. Luisa Alcalde coincidió con Sheinbaum: “Las expresiones de Melissa Cornejo no representan al movimiento”. Ambas optan por moderar el tono, evitar confrontaciones y proteger la relación con Estados Unidos.
Ricardo Monreal se sumó con cautela, pidiendo que sólo Sheinbaum conduzca la política exterior y que Morena evite posturas que confronten abiertamente a Estados Unidos. Por su parte, el senador Saúl Monreal adviertió sobre el regodeo nacionalista: “A veces nos gana el paisanismo… hay que actuar con cautela”.
En la otra esquina, José Ramón López Beltrán defendió a Cornejo: “Lamentable. Apoyo y un abrazo para Melissa”, acusando a Landau de actuar de forma desproporcionada contra ella.
CONTRADICCIONES
Al interior del partido hay malestar, sobre todo en las filas de Adán Augusto. Consideran que Melissa quedó sola, abandonada por Sheinbaum y Alcalde. Otros lo ven como una doble vara: personajes polémicos como Cuauhtémoc Blanco reciben respaldo sin chistar, mientras a Melissa, mujer, militante de las bases, se le exige sumisión.
Este contraste plantea no sólo un choque de opiniones, sino una confrontación de valores: ¿Morena se seguirá vendiendo como un movimiento que defiende al migrante y critica al “imperialismo”? ¿O cede terreno frente a las presiones de Estados Unidos, que bajo la mesa exige resultados en migración y combate al fentanilo, a cambio de gobernabilidad?
El episodio de Melissa Cornejo fue una prueba de fuego para Morena. Un momento en que una parte exige que el partido se mantenga fiel a su origen reivindicativo. Otra, que priorice la eficiencia diplomática y la estabilidad institucional.
Porque Morena llegó al punto en que debe defender idealismos o convertirse en otro partido institucional que privilegia la gobernabilidad. Y no hay punto medio: o se defienden valores o se acomodan los egos al statu quo.
¿Censura o dignidad? Ese es el dilema que Sheinbaum, Monreal, Adán y López Beltrán están resolviendo detrás de banderas. Pero con nombres, intereses y la libertad de políticos de Morena en juego.
EL DATO INCÓMODO
Mientras el gobierno federal presume que Sheinbaum ahorrará 13 mil dólares viajando en avión comercial al G7, la aerolínea estatal Mexicana reportó pérdidas por mil 432 millones de pesos desde su lanzamiento, incluyendo 180 millones sólo en el primer trimestre de 2025.



