Día 10: El ombligo de París

Te traemos la columna de Martín Avilés, nuestro reportero en París, quien durante los próximos días nos mostrará el ambiente de los Juegos Olímpicos desde otro punto



París, Francia.- Parece que fue ayer cuando desde la cabina del avión de ITA Airways una voz parecida a ese peculiar acento que le ponen a Mario Bros para obviar el cliché italiano en el videojuego más famoso del mundo, anunció que habíamos arribado a París. Desde entonces y hasta ahora, la vida me anotó 10 goles sin darme cuenta, una paradoja de la vida misma. Y es que más allá de lo extraño que pasan las horas de este lado del mundo, a nivel deportivo, los Juegos Olímpicos 2024 han sido una reconfortante vorágine de emociones.

Seamos honestos, de alguna forma, todos sabíamos que Simone Biles a estas alturas llevara una marca tan perfecta como la Mona Lisa (1797) de Leonardo da Vinci colgada en Louvre. Lo cierto es que una Final entre Novak Djokovc y Carlos Alcaraz era más predecible que una tormenta en el verano. También era de esperarse que la Delegación Mexicana tuviera cuatro medallas a estas alturas, ya que si bien el presupuesto de los más utópicos era de 10 metales, aunque todos sabíamos que en realidad aspirar a no más de ocho era lo más natural.

Dicen los más veteranos que México tiene su pico más alto de cosecha antes del ecuador de los Juegos y que después de ello, se esperan no más del doble de la cantidad de preseas que hasta entonces se presumen. Es decir, cuando mucho, solo tres medallas más esperaría el contingente nacional en la recta final de esta competencia multidisciplinaria, después de que esta noche el pugilista Marco Verde confirmó una cuarta que podrá canjear por el color que desee desde este momento.

Aún quedan por aparecer en escena disciplinas que están en el cuadernillo donde se anotaron con un asterisco a cada deporte donde hay amplias posibilidades de medallas. Además de la del boxeador sinaloense, Prisca Awiti en judo y los clavadistas Osmar Olvera y Juan Manuel Zelaya en trampolín sincronizados; así como el bronce obtenido por Alejandra Valencia, Ana Paula Vázquez y Ángela Ruiz en el tiro con arco femenil por equipos, han sido subrayadas con marcador fluorescente del listado.

En el horizonte aparece el (casi) infalible Taekwondo, que desde que es un deporte adherido al cronograma olímpico desde Sidney 2000, no había defraudado al país con al menos una medalla cada cuatro años, hasta que la pandemia prolongó a un lustro de espera para Tokio 2020 y entonces se desmoronó la disciplina que Dai Won Moon llevó a México para 1968. Ahora, solo dos taekwondoines lograron su pase a París, Carlos Sansores y Daniela Souza, quienes buscarán demostrar que lo de Japón fue un tropezón y se sigue siendo potencia.

Asimismo, las sirenas de la natación artística encabezadas por Nuria Diosdado, han aterrizado en la capital gala como uno de los equipos contendientes a subirse al podio gracias a que han podido fluir por las peligrosas aguas de la era de los base marks sin dificultad. En caso de seguir con este impulso positivo tras el cambio de reglamentación en la disciplina, estarán a las puertas de la historia de la mano de Adriana Loftus.

Mención especial para las chicas de gimnasia rítmica lideradas por Blajaith Aguilar, quienes dejaron atrás la experiencia de vivir de cerca el conflicto en Medio Oriente provocado por la invasión de Israel a Palestina. Ahora, con la guía de su mentora y la certeza de ser auténticas sobrevivientes de guerra, no tienen nada que perder en su intento por demostrar que México vive una época esperanzadora en la disciplina. Y con 77 medallas olímpicas hasta ahora a lo largo de la historia, la marca de 80 luce alcanzable en este mismo verano en pleno ombligo de París.