Día 11: París se conoce desde sus terrazas

Te traemos la columna de Martín Avilés, nuestro reportero en París, quien durante los próximos días nos mostrará el ambiente de los Juegos Olímpicos desde otro punto



París, Francia / Enviado.- Una planche de charcuterie y una copa de vino. Gafas oscuras que cubren los ojos del intenso sol y plantas que cuelgan desde el techo de una acogedora terraza iluminada por una serie de focos de luz cálida. La imagen se repite infinitamente en una ciudad que sostiene su cultura desde las milenarias bases de su gastronomía. Y son sus sobremesas las que cuentan sus más profundos secretos.

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Era en terrazas parisinas donde a mediados del Siglo anterior, se podía ver —por ejemplo— a eminencias como el psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan mientras comía rápidamente algo antes de continuar con sus obsesivas sesiones con sus pacientes, en su búsqueda por desarrollar esa teoría sobre lo imaginario, lo simbólico y lo real, que constituyen la estructura del funcionamiento psíquico de los seres humanos.

Quienes lo conocieron, contaban que Jacques Marie Émile Lacan pedía siempre trufas. Le encantaban las trufas, tanto que se le veía pedirlas al principio e incluso se llevaba lo que sobraba, como si no quisiera ceder a su deseo en un intento por reafirmar su base teórica. Y así, el ejemplo de Lacan sirve para explicar cómo funcionan las terrazas parisinas, mismas que se vuelven una vitrina pública donde uno queda expuesto y la rumorología se desencadena más rápido que lo que corría Ana Gabriela Guevara, a quien se le vio recién en Au Pied de Cochon.

A la velocista nadie le detectó alguna extraña filia que desnudara su inconsciente como ocurrió con Lacan, pero sí desató un escándalo descomunal debido a que la prensa incendiaria la cazó hasta retratarla en un restaurante supuestamente lujoso. La directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) argumentó haber pagado una cuenta de 300 euros (unos 6 mil 270 pesos) entre seis personas que compartieron mesa en el emblemático lugar de 6 Rue Coquillière, donde por cierto, optó por no exponerse en el exterior de la terraza precisamente para evitar un escándalo.

Un buen amigo fotógrafo me contó que es precisamente gracias a la vista perimetral y en el exterior que ofrecen las terrazas, que se han convertido en discretas trincheras para que los reporteros gráficos encargados de fotografiar a famosos —los conocidos paparazzis— y así poder contar historias con evidencias conceptuales para las revistas de espectáculos.

Tampoco se escaparon de LeBron James y otras estrellas del baloncesto del equipo de Estados Unidos de ser captados a la salida de una exclusivo restaurante de París la semana pasada, a pesar de tener una sesión de entrenamiento horas más tarde. Con el jugador de Los Ángeles Lakers estaban Kevin Durant, Anthony Davis y Bam Adebayo. Todos ellos vistos mientras se escabullían por la entrada trasera de Siena, un lugar de cocina italiana cerca del Jardín de las Tullerías.

París se vive sin duda alguna en sus calles, donde la vida pasa. Pero basta con una buena comida en alguna de sus múltiples terrazas para conocer más a fondo los más recónditos secretos de su gente. Y, en este caso, de personajes del mundo del deporte, presentes aquí gracias a los Juegos Olímpicos 2024.