Ignacio Mier Velazco, coordinador de los diputados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), hizo ayer un llamado que no cree ni él.

Según el poblano que sueña con ser gobernador de su estado, los legisladores que pagaron presuntamente los espectaculares a favor de Claudia Sheinbaum no le informaron, se fueron por la libre y pusieron su dinero ­jo, jo, jo­ para los anuncios instalados impunemente en el país.

Y vaya que no son baratos.
­Violan la ley, les dice.
Como si ellos no supieran.
O tal vez no, como Patricia Armendáriz, diputada y protegida de An­drés Manuel López Obrador, quien está en el grupo de los presuntos patrocinadores.

Dice la legisladora que no se viola la ley con esos espectaculares. Pues que se ponga a leer la Constitución.

Y cabe la pregunta: ¿Sabrá leer?
Asegura la actuaria por la UNAM, que ­como la mayoría de los que militan en Morena­ fue integrante toda su vida del Partido Revoluciona­rio Institucional (PRI) y, mientras le convino, del Partido Acción Nacio­nal (PAN), que no comete delito.

“Y háganle como quieran”, nomás le faltó decir con una soberbia digna de una morenista con corazón y sangre priistas.

­Me asesoré con los mejores abogados de México y lo hice porque son mis derechos como cualquier ciudadano, respondió ayer a Carlos Zúñiga en una entrevista que debió cortar éste por la altanería de la saltimban­ qui legisladora.

Alguien debiera decirle ­esos mejores abogados de México­ que sí, que viola la ley electoral, que viola la Constitución.

Y abusa del fuero.

O que le pregunte a su coordinador, Mier Velazco, quien ayer en la conferencia, en la que, reitero, se dijo recién enterado, advirtió que la promoción personalizada está prohibida en la Constitución.

Miguel Torruco, Aleida Alavez, Mauricio Cantú y Alejandro Robles son el resto de los benévolos tapetes de Sheinbaum.

YASMÍN, A CUENTAS

Hoy se sabrá si la UNAM dirá la verdad, sea cual sea, en torno a la tesis plagiada.

Está citada la ministra Yasím Esquivel Mossa, candidata de Andrés Manuel a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y esposa de José María Rioboó, compa y contratista consentido del preciso, para que diga cómo es que Edgar Báez, autor de la tesis con la que se tituló en 1986, la habría copiado.

La presunta experta en leyes ­ya no hay certeza de que lo sea, des­ pués de conocerse el presunto plagio para titularse como licenciada en derecho, en 1987 en la ENEP Aragón­ ahora dice que a ella la plagiaron.

No acusa a Báez directamente, pero es evidente que si el trabajo de éste es idéntico, se refiere a él.

Si se confirma que es una copiona, no sólo debe perder el título sino dejar la Corte. López Obrador pidió a la UNAM su conclusión antes del 2 de enero, cuando es la sucesión en la SCJN.

Veremos si son, como dicen en Palacio, distintos.

Vámonos:
Que 2023 sea mejor que 2022 y que se cumplan todos sus deseos. Nos leemos el martes 3 de enero.