La última semana de la 75 Vuelta a España arranca hoy con una atípica contrarreloj individual, la única de esta edición, en la que la mayor parte se desarrollará por zonas llanas para en su parte final afrontar el muro del Mirador de Ézaro, con un resultado a priori incierto entre los que aspiran al maillot rojo que estará en juego dadas las mínimas diferencias que les separan.
El ecuatoriano Richard Carapaz y el esloveno Primoz Roglic protagonizarán el gran duelo por la roja tras la segunda jornada de descanso. Se jugarán la Vuelta en dos citas decisivas de la última semana: la contrarreloj de Ézaro del martes y el ascenso a La Covatilla, el sábado.
Son los únicos candidatos y acuden a la cita con el reloj separados por 10 segundos, conscientes de que la general quedará prácticamente decidida al final del muro gallego tras recorrer 33,7 kilómetros en esfuerzo individual. Esta vez sin bonificaciones ni decisiones polémicas de los jueces. Un duelo puro.
La Vuelta llega apretada en los primero cuatro puestos de la general. Seis finales en alto y jornadas de viento no han sido suficientes para despejar el panorama en la jefatura del podio. Las montañas asturianas no despejaron la incógnita, de manera que Carapaz y Roglic llegan empatados a la hora de la verdad.