Djokovic contra Alcaraz, una final perfecta en la Catedral de Wimbledon

15, julio 2023

MARTÍN AVILÉS

Foto: EFE

El más subversivo de los dioses del tenis está a las puertas de marcar un nuevo hito en el deporte blanco. Novak Djokovic se encuentra a un triunfo de prolongar su ya de por sí inaudito récord de cetros de Grand Slam, cuando rete a Carlos Alcaraz en busca de su major número 24, tarea para nada sencilla, ante el murciano que con solo 20 años es número 1 del ranking mundial y parece ser el único capaz de detener la furia del serbio, determinado a reclamar el lugar que le corresponde como rey absoluto de la raqueta.

La Catedral del tenis, será iluminada por antorchas, y el sutil olor a hierba que aún evoca a aquellos —no tan lejanos — años cuando la tríada sagrada conformada por ‘Nole’, Roger Federer y Rafael Nadal reinaba a sus anchas, se perderá entre el aroma a pólvora provocado por los cañones de dos monstruos que gobiernan a su antojo y solo dejan algunas migajas al resto de los miembros del Tour en los escenarios menos importantes.

Apenas han pasado 37 días de la última vez que Alcaraz y Djokovic se miraron fijamente a los ojos en una pista. Ocurrió el pasado 9 de junio, cuando en las semifinales de Roland Garros, el español terminó por morder el polvo de ladrillo tras ser sometido por ‘El Djoker’. Se trató de apenas el segundo duelo entre ambos, de hecho, la marca histórica entre ellos registra un empate 1-1 que se romperá tan pronto se juegue el match point de esta final inédita en Grand Slams.

 

 

La brecha entre ambos luce tan amplia como estrecha al comparar los 23 títulos grandes de ‘Nole’ con el único que posee Carlitos, quien disputará apenas su segunda final de Grand Slam, la primera en la Catedral del All-England Club. Alcaraz, con sus escasas dos décadas de vida, es el finalista de Wimbledon más joven desde Nadal en 2006, quien también tenía 20.

En la era Open, el murciano es uno de los únicos seis tenistas que habrán disputado al menos dos finales en distintos Grand Slams a los 20 años, junto al mencionado balear, Mats Wilander, Andre Agassi, Bjorn Borg y, por supuesto, Djokovic, quien siempre se cuela entre las rendijas de los récords de este deporte, y ésta no es la excepción, ya que Nole disputó la final del US Open en 2007 y la de Australian Open cuando aún no cumplía 21 años.

 

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Entre El Palmar, España, y Belgrado, Serbia, hay 2 mil 070 kilómetros de distancia atravesando el Mar Balear y el Adriático, pero esta tarde en Wimbledon a Alcaraz y Djokovic los los separarán unos cuántos metros, y tan solo un peldaño en el escalafón mundial, al ser los número 1 y 2 del planeta. Si Carlitos con todo y sus 46 triunfos en la temporada, quiere convertirse en Carlos y vencer al monstruo de mil cabezas, deberá luchar contra la carga psicológica de las cientos de cifras que respaldan a Djokovic, cuya última derrota en la Cancha Central de Wimbledon fue hace 10 años y siete días.

Alcaraz intentará vestirse de Prometeo y robar el fuego a los dioses. De someter a Alcaraz, Nole conseguirá su octavo título en Wimbledon, con lo que igualaría el récord de Roger Federer, quien sigue siendo amo y señor del torneo. Nole tiene marca de 20-0 este año en los Grand Slams y Carlos el ímpetu y osadía típicos de la juventud. Una final perfecta entre dos opuestos. Pasado y futuro, entremezclados en el más esplendoroso presente posible después de la fatídica resaca que dejó el embriagante destello del Big 3.