Tlaxcala es uno de los estados más importantes en materia taurina. Con el apoyo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros se mantiene arraigada esta tradición cultural. Pero no puede estar atenta a todo, por eso delega responsabilidades. Y es aquí donde aplica aquello de que ‘el camino al infierno está lleno de buenas intenciones’.

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El sábado en Apizaco se dio una corrida de toros con dos extranjeros y un mexicano, algo que está terminantemente prohibido por el vigente Reglamento Taurino de Tlaxcala, que señala en el Artículo 7, fracción VI: ‘…En caso de realizar seriales se deberá considerar el 50 por ciento de matadores y/o novilleros extranjeros‘.

La Unión Mexicana de Toreros (UMT) se comunicó con el promotor que montó el cartel, quien aseguró que pondría un novillero para velar por la legalidad, pero eso no sucedió.

Señala el empresario, que la del sábado fue una corrida suelta, aunque a lo largo del año ha organizado varios festejos en ese mismo escenario y vienen otros más en puerta.

Sin apasionamientos, resulta confuso el reglamento tlaxcalteca en ese tenor.

Durante esta controversia, el empresario compartió un documento avalado por la Asociación Nacional de Matadores de Toros (ANMT), que le autorizó dicho festejo previo pago de un fondo de reserva especial de veinte mil pesos. El permiso se sustenta en un convenio que existe entre la ANMT y la Asociación de Empresas Taurinas (AMET), pero es por todos sabidos que nadie está por encima de la ley, incluidos toreros y empresarios, que pueden llegar a cualquier acuerdo, siempre y cuando no contravengan lo establecido justamente en la Ley.

La UMT tomará cartas en el asunto y presentará el caso ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, con el argumento de que dos trabajadores extranjeros violaron las Leyes del estado de Tlaxcala, lo que eventualmente podría repercutir en alguna deportación.

Más allá de la interpretación en el tema del cartel, la violación de la legislación taurina tlaxcalteca continuó en el festejo sabatino de Apizaco en el momento en que se anunció un toro de regalo y peor aún, cortesía del Municipio a cargo de Pablo Badillo Sánchez.

Aquí es irrebatible el hecho de que el Reglamento Taurino del Estado de Tlaxcala se violó flagrantemente. El Artículo 35 es claro y contundente: ‘Queda prohibido el ‘Toro de Regalo’ en cualquier festejo taurino que se realice en la Entidad‘. Texto claro y llano.

El Gobierno del Estado de Tlaxcala debe poner orden y mantenerse como punta de lanza en materia taurina.

La Gobernadora tiene otros asuntos de mayor relevancia que atender, por lo mismo cuenta con entidades en las que delega responsabilidades, en este caso el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino, que debería haber hecho valer el reglamento.

Lo menos que se espera es que quien resulte responsable se haga acreedor a las sanciones que estipula la ley, seguramente alguna multa económica.

En algunas administraciones este tipo de acontecimientos generan movimientos en el personal.

Con el futuro incierto de la tauromaquia en la CDMX por la corriente prohibicionista lo menos que necesita la fiesta brava es darle armas a los enemigos. Lo que requiere para sobrevivir y pensar en algún día recuperar la salud es unión y profesionalismo.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Será que por eso se dice coloquialmente ‘hacer las cosas a la torera‘?