Por años, el obradorismo ha golpeado a Felipe Calderón por García Luna y sus nexos con el narco. Hoy, el régimen enfrenta su propio monstruo de dos cabezas: Adán Augusto López y Hernán Bermúdez. Pero nadie del oficialismo exige cuentas. Al contrario, lo protegen desde Palacio Nacional y desde Morena. Como si Bermúdez fuera sólo una mala anécdota. Como si no tuviera jefe. Como si hubiera aparecido por arte de magia al frente de la seguridad en Tabasco. Como si nadie lo hubiera nombrado.
DESDE 2018
Según una investigación de Excélsior, Adán Augusto fue advertido desde 2018. Recién electo gobernador de Tabasco, pidió a consultores un plan de seguridad.
Ellos le alertaron que Bermúdez aparecía como “persona de interés” en bases de inteligencia federal por posibles vínculos criminales.
Cuatro años antes de que su nombre figurara en los Guacamaya Leaks, Adán ya sabía. Y no sólo lo supo: rompió con los consultores y en diciembre de 2019 lo nombró secretario de Seguridad de Tabasco. Sabía lo que hacía. Lo designó de todos modos.
ENCUBRIMIENTO
Hoy, Bermúdez está prófugo. Lo investiga la FGR por sus vínculos con el grupo criminal La Barredora. Cuando le preguntaron a Sheinbaum si existe una investigación contra Adán Augusto, lo negó.
“No, no de parte del gobierno. No se ha pedido ninguna investigación”, dijo la mandataria desde la mañanera. Luisa María Alcalde, presidenta de Morena, también lo excusó: “Él no lleva la investigación. ¿Qué tiene que aclarar?”.
La estrategia resultó evidente: decir que no sabían tampoco. Y si hay delito: “Ya veremos si hay responsabilidades”. Palabras sin consecuencias.
SILENCIO EN EL SENADO
Ayer hubo sesión en la Comisión Permanente. ¿Y Adán Augusto López? No apareció. No dijo una palabra. No dio la cara a medios que lo buscaban. Desapareció. Pero sus compañeros sí hablaron. Y cerraron filas.
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, dijo que todo es “golpeteo político” y que comparar esto con el caso García Luna es “absurdo”. “No hay ninguna similitud. No hay ninguna investigación sobre Adán Augusto”, dijo.
El senador Emmanuel Reyes Carmona ofreció hasta ir a buscarlo: “Yo me ofrezco, no sé dónde esté el senador, pero con gusto vamos a platicar con él para decirle que le quieren entrevistar”.
Y el resto de los senadores de Morena cerraron filas. En un comunicado recordaron que, según Claudia Sheinbaum, ni el gobierno de México ni la FGR investigan actualmente al senador.
CADENA DE IMPUNIDAD
Aunque quieran voltear a otro lado, no pasa desapercibida la impunidad alrededor de Hernán Bermúdez. Desde 2018, Adán fue advertido. Desde 2022, se filtraron los reportes de Sedena. Desde 2024, se le dejó renunciar tranquilo.
Cuando Javier May lo acusó de ser líder criminal ese mismo año, nadie reaccionó.
Y cuando llegó la orden de aprehensión, ya estaba fuera del país. ¿Qué más encubrimiento que eso?
El régimen que prometió “no robar, no mentir y no traicionar” hoy protege a uno de los suyos. El partido que presume justicia defiende al padrino político de un prófugo. El movimiento que prometía cambiar la historia repite la misma impunidad. Y dicen no ser los mismos.
EL DATO INCÓMODO
La Auditoría Superior de la Federación detectó que en el gobierno de Cuitláhuac García, en Veracruz, hay 2 mil 666 millones de pesos sin aclarar.
Cuando se le preguntó a Claudia Sheinbaum, respondió que es “un hombre honesto” y que las observaciones “muchas veces” son faltas menores. La ASF no opina lo mismo: documentó daño a las finanzas públicas. Aun así, lo premian con un cargo federal.



