Dueños de nuestros silencios

Sheinbaum cae en trampa trumpista: sus declaraciones sobre protestas migrantes se vuelven munición contra México


Juan Ortiz

Claudia Sheinbaum alentó a que se lleven a cabo más protestas en Los Ángeles y la condeno por eso“. Esto no lo dijo un usuario en redes sociales. Tampoco un político opositor. Lo dijo Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos y figura clave del trumpismo.

La acusación no es menor: intromisión extranjera por parte de la Presidenta de México. Pero también es un golpe a dos flancos: la incontinencia verbal de este gobierno y su uso constante de la posverdad como escudo político.

¿MOVILIZAR O INCENDIAR?

Todo comenzó con una propuesta en el Congreso estadounidense para cobrar impuestos a las remesas. La respuesta mexicana, aunque tardía, fue multifrontal: llamados a enviar cartas, reuniones con legisladores estadounidenses y una frase que desató el incendio: “De ser necesario, nos vamos a movilizar. No queremos impuestos a las remesas“.

Quienes siguen de cerca la comunicación del gobierno intuyeron que Sheinbaum se refería a las movilizaciones tradicionales del Zócalo. Pero Fernández Noroña confirmó otra cosa días después: contemplaban una manifestación en la frontera norte.

Lamentablemente, pierden de vista que ellos representan a una nación entera. Y cada palabra cuenta.

Para los migrantes, las declaraciones pudieron sonar a respaldo. Para la oposición, fueron muestra de torpeza diplomática. Para Washington, una oportunidad de oro para seguir presionando al gobierno mexicano. Y en el contexto electoral estadounidense, eso es gasolina pura.

REINO DE LA POSVERDAD

La posverdad es cuando las emociones, creencias o discursos personales pesan más que los hechos objetivos. En política, esto ocurre cuando los líderes apelan al miedo, al enojo o a la esperanza sin sustento verificable. Y si hay un gobierno que ha dominado esta técnica, es el de Morena.

Frente a cualquier escenario adverso, lo redibujan. Hoy México enfrenta cuatro meses consecutivos de inflación al alza, la pérdida de más de 93 mil empleos en sólo dos meses y una proyección de caída de la economía de -0.4% para 2025. ¿Qué dice el gobierno? “La economía está fuerte“, porque recaudaron más impuestos. Una versión emocional, no real.

Esa habilidad para torcer los hechos es la posverdad en su máxima expresión. Y hoy, Sheinbaum fue víctima de la misma fórmula, aplicada por el gobierno trumpista.

Donald Trump enfrenta caídas en popularidad, señalamientos graves (como el que Elon Musk hizo sobre su aparición en la lista de Jeffrey Epstein). ¿Su respuesta? Más declaraciones. Más decretos. Más escándalos.

Trump aprovecha que hubo protestas pacíficas contra redadas para incendiar estados opositores como California y, de paso, alimentar su narrativa favorita: la invasión migrante. Usar a México como enemigo externo es parte del libreto. Y lo peor: el gobierno mexicano puso la gasolina y el cerillo.

CABEZA FRÍA

Frente a un personaje como Trump, el mínimo esperado de nuestro gobierno es la contención. Usar la cabeza fría, como ellos mismos han dicho. Pero en vez de prudencia, surgen provocaciones como las de Noroña: proponer un muro en la frontera de 1830 (cuando aún no perdíamos medio país) o burlarse del impuesto a las remesas, lo que ha llevado a que se sugiera elevarlo hasta 15% o 20%.

Un conflicto mal manejado puede afectar acuerdos comerciales, endurecer la política migratoria o torpedear las remesas. Como bien se dice: somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.

EL DATO INCÓMODO

La agencia Reuters reportó que Trump presiona a México para extraditar políticos ligados al narco, incluyendo a Marina del Pilar. La Cancillería negó la versión, y la embajada de EEUU replicó el desmentido. Más que un reporte, es un recordatorio para Sheinbaum de no descuidar la frontera norte.