MADRID, España.- El agua que hay en Marte no está confinada en su atmósfera interior, sino que se transporta a la superior y allí se convierte en hidrógeno atómico que escapa al espacio, según las evidencias que publica este jueves en un estudio la revista Science.
En el pasado, el agua fluía por la superficie marciana, donde ha dejado señales en forma de lechos de ríos y costas, sin embargo hoy hay muchísima menos y se considera que la mayoría está encerrada en los casquetes polares, con solo algunas trazas de vapor de agua en la atmósfera.
Un equipo liderado por Shane Stone de la Universidad de Arizona empleó datos tomados por la sonda espacial estadounidense MAVEM en la parte superior de la atmósfera marciana, donde encontraron trazas de agua en altitudes más altas de lo esperado.
La llegada de agua a la atmósfera superior, a través de las tormentas de polvo y estacionales, “podría haber jugado un papel sustancial en la evolución del clima marciano desde su estado cálido y húmedo hace miles de millones de años hasta el planeta frío y seco que observamos hoy en día”, según Stone.
Este mismo proceso domina la actual pérdida de agua del planeta rojo, indican los autores de la investigación.
La mayor parte del agua de Marte se ha convertido lentamente en hidrógeno en la atmósfera, que se pierde en el espacio, lo que acabó gradualmente con ella durante varios miles de millones de años, en un proceso que continúa hoy en día.
El estudio indica que el agua es transportada directamente a la atmósfera superior y convertida allí en hidrógeno atómico por medio de reacciones con los iones atmosféricos.
La abundancia de agua en la atmósfera superior de Marte varía según las estaciones. Alcanza su máximo en el verano austral, aumentando durante las tormentas de polvo regionales y globales. EFE
El agua de Marte escapa al espacio, según Science
MADRID, España.- El agua que hay en Marte no está confinada en su atmósfera interior, sino que se transporta a la superior y allí se convierte en hidrógeno atómico que escapa al espacio, según las evidencias que publica este jueves en un estudio la revista Science. En el pasado, el agua fluía por la superficie