Martín Avilés / Ovaciones
Foto: Mexsport

Entre tambores, gritos, lágrimas y rodeado de sus leyendas del pasado, el americanismo ha mostrado músculo para recordarle al mundo quién es el más ganador de la Liga MX. El América celebró en grande sus 15 y en pleno festejo, ya avisó que va por la 16, porque si algo tiene este club es ese ADN ganador que fluye por las venas de cada uno de sus jugadores.

La mágica velada sirvió para presumir cada una de sus copas, pero sobre todo, estás últimas dos obtenidas de forma consecutiva que le han dado el privilegio de erigirse como apenas el cuarto bicampeón en la historia de los torneos cortos. El rey de reyes es azulcrema.

Faltaban minutos para que comenzara la tertulia cuando comenzaron a llegar algunos jugadores como Igor Lichnovsky, Israel Reyes y Henry Martín, quienes convivieron con aficionados que les pedían selfies, autógrafos y que no se fueran nunca del club, al ser los nuevos héroes de un americanismo de esplendor renacido tras el bicampeonato.

Con las dos cabeceras casi llenas y toda la parte baja del inmueble pintada de amarillo, la mesa estaba servida para el gran banquete azulcrema. “¡Presi, presi, presi!”, rugía el Coloso de Santa Úrsula ante la llegada de Emilio Azcárraga Jean, dueño del equipo y quien ha podido completar la obra de su padre, al revaluar su herencia y colocar a este equipo como el más ganador de todos los tiempos en México.

Pasadas las 19:25 de la tarde, el equipo completo salió a la cancha con su uniforme alternativo color lila para saludar a la afición ante los gritos de “¡Olé, olé, olé, campeón, campeón!”, desde las gradas. Algunos miembros del plantel se acercaron con Azcárraga, quien ya posaba junto a Miguel Zelada para regalar la foto de la nostalgia.

De pronto, las luces se apagaron y comenzó la fiesta. Un espectáculo de luces y pirotecnia dio inicio al show. Cada uno de los 15 títulos fue recordado con los rayos laser dibujando la silueta de cada ídolo americanista hasta llegar al bicampeonato histórico.

Las luces se encendieron y el escenario principal se descubrió para mostrar la enorme imagen del escudo del Club América. Decenas de miembros del staff desplegaron enormes franjas de tela amarilla y azul y ondearon un escudo americanista para dar entrada a la ceremonia.

Lo primero que hizo el club fue mostrar músculo con cada uno de los títulos obtenidos en su historia, presentados por protagonistas de cada campeonato. Desde Arlindo de los Santos, como representante del equipo que dio el primer título de Liga a las vitrinas del club, pasando por Carlos Reinoso, Hugo Enrique Kiese, Zelada y otro más, hasta llegar a los héroes modernos.

Apareció pues Miguel Layún con la emblemática copa número 11 obtenida en el Clausura 2013 cuando se dio el primero de la trilogía de títulos ante Cruz Azul. Le siguió Oribe Peralta con la 12 de 2014; Paul Aguilar mostró el cetro de 2018, segundo de la saga ante La Máquina. Henry Martín provocó un poderoso rugido del graderío al aparecer con el trofeo 14. “¡Olé, olé, olé, olé, Henry, Henry!”, retumbó en el Coloso de Tlalpan.

“Gracias por estar, apenas el domingo el estadio era una locura, todo lleno para apoyarnos, hoy de nuevo están de vuelta y vestidos de amarillo. Nos comprometemos a dar lo mejor en la cancha, dejarnos la piel de ser necesario. Conseguimos la 15… ¡ahora vamos por la 16, cabrones!”, exclamó el goleador y nueva leyenda azulcrema.

Y, finalmente, el plantel bicampeón y Campeón de Campeones apareció con la 15, seguidos por el dueño y artífice de este éxito, Emilio Azcárraga, quien se dio un baño de pueblo para sentir el cariño de la gente.

“Día impresionante el domingo, gracias americanistas, mi corazón es bicolor. Recordemos con cariño a los que ya no están con nosotros y fueron parte de la historia”, fue el breve mensaje del ‘Presi’ a su afición.

Un show de drones y un concierto de Los Recoditos para darle el broche de oro a una noche de fiesta para el americanismo que le ha gritado al mundo su grandeza más allá de las polémicas y los reclamos eternos de sus rivales. Hoy, la narrativa ha cambiado y el mensaje es claro: “Ámame más”.