Pedro Torres López es considerado el último canoero de Xochimilco, quien continúa con el oficio legado por su padre en el taller llamado Tres generaciones.

“Mi papá de origen xochimilca, lo inició, yo lo continúo y también mi hijo dará continuidad a esta tradición, aunque desde hace cinco años comparto este oficio artesanal con una joven llamada Paola Valle Santana”.

Explica que su padre, Magdaleno Torres Rodríguez, de 93 años, fue quien le inculcó desde pequeño el oficio. Le enseñó a usar las herramientas y a conocer la madera y a elaborar acallis -su nombre original- de oyamel y cayucos de fibra de vidrio.

Se usa herramienta artesanal, como el mazo, la cuña serrucho, tres tamaños de formones, cuñas elaboradas por ellos de madera. ” Una canoa de 8 pies de ancho por 32 de largo, su tiempo de construcción es entre 8 y 10 días y depende del tamaño, pueden costar arriba de los 12 mil pesos y su tiempo de vida depende de la colocación de materiales si es madera con fibra de vidrio hasta 45 años y si es madera forrada hasta 30 años”, refiere.