El Buen Fin se presenta como un motor de reactivación económica, pero “en la práctica fomenta una cultura consumista que, con frecuencia, privilegia lo suntuario sobre lo necesario”, advierte la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
LEE ADEMÁS: Oferta vs Promoción Buen Fin 2025: Profeco explica las diferencias
Señala que, en primer lugar, se promueven compras por impulso; se ofertan tecnologías obsoletas con rebajas aparentes; se publicitan ventas “a meses sin intereses” (MSI) cuando, en la práctica, el financiamiento termina incluido en el precio final.
Por otro lado, indica que no es raro que se vendan productos que los comercios no tienen en inventario, lo que provoca demoras largas a la hora de surtir la mercancía adquirida.
“No han sido pocas las ocasiones en que no se honran las garantías de los electrónicos comprados. Tampoco siempre se asume la responsabilidad por los riesgos que ocurren al surtir la mercancía (por ejemplo, productos golpeados o empaques abiertos al recibirlos). Servicios como paquetes vacacionales, vendidos a meses sin intereses, muchas veces resultan ser de una calidad distinta —menor— a la prometida al momento de la compra”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Aseveró que todas estas prácticas comerciales y otras más se han repetido a lo largo de las 15 ediciones del Buen Fin, como las promociones que generan una confianza de consumo muchas veces artificial, alientan compras por impulso que no reflejan la capacidad real de gasto de los hogares.
Esta confianza, dijo, se vuelve todavía más frágil cuando se combina con la desaceleración de las remesas —un apoyo que durante meses ha sostenido la capacidad de compra de más de cinco millones de hogares—, puesto que este ingreso extra se venía aprovechando para este tipo de compras y ahora deja a los hogares más vulnerables.
TE PUEDE INTERESAR: Profeco se dice lista para defender los derechos de las personas consumidoras durante El Buen Fin
“Las deudas y compromisos acumulados durante el Buen Fin alimentan la temida ‘cuesta de enero’: con el pago de tarjetas, compromisos navideños y servicios que se acumulan justo cuando los ingresos pueden ser menores. A esto se suman el cobro de más y nuevos impuestos (por ejemplo, el aumento al IEPS a bebidas azucaradas y productos de tabaco), que reducirán aún más el poder adquisitivo y afectarán, de forma directa, las ventas y márgenes de utilidad del pequeño comercio“, enfatizó Rivera.
Agregó que las grandes cadenas y algunos órganos estadísticos tienden a reportar cifras récord de ventas durante El Buen Fin buscando ocultar la realidad de menores ventas que cancelen la percepción de recuperación económica y debiliten el discurso oficial de reactivación.
Observa que en su 15 aniversario, el programa ya forma parte del calendario de consumo del país, que durará cuatro días, en donde el gobierno federal apoya esta iniciativa con el pago anticipado de una parte de los aguinaldos, “lo que facilita la implementación de esta jornada de consumo”.

Foto: Cuartoscuro.com 


