La Sala Petroteca del Ex Templo de San Agustín se llenó la noche del miércoles 17 de septiembre para escuchar al matador Jorge de Jesús “El Glison”, quien protagonizó uno de los encuentros más esperados del Ciclo Cultural de Zacatecas. Con su estilo directo y sin concesiones, el ex torero compartió con el público reflexiones sobre la tauromaquia, la vida y la manera en que ambas se entrelazan en un mismo pulso de riesgo, inteligencia y fuerza.
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Acompañado por el periodista Francisco Esparza, El Glison sostuvo un diálogo en el que buscó responder a las preguntas que lo persiguen desde hace décadas: ¿valió la pena haber sido torero?, ¿fue una aventura temeraria o una forma de provocar conciencia?, ¿cómo influyó el ruedo en su vida personal?
Durante más de una hora, el matador revivió momentos clave de su carrera en los años ochenta, cuando fue tildado de “payaso” por los puristas, pero venerado por las multitudes que lo aclamaban como un ídolo rebelde, dispuesto a jugarse la vida cada tarde. Relató cómo aquellas faenas dejaron en su cuerpo cicatrices profundas, pero también le dieron una visión distinta para enfrentar la adversidad.
Hoy, lejos de los ruedos y cursando un doctorado en Desarrollo Humano en la Universidad Antropológica de Guadalajara, El Glison se mostró sereno y reflexivo, aunque sin perder el carisma y la irreverencia que lo convirtieron en un personaje inolvidable de la tauromaquia mexicana.
El encuentro concluyó entre aplausos, con un público que, más allá de la figura del torero, reconoció en Jorge de Jesús a un rebelde con causa, alguien que ha sabido transformar su historia personal en un testimonio vivo sobre la confrontación entre el hombre y sus propias batallas.

Fotos: Cortesía 









