El tiempo cobra una mayor factura a Adán Augusto López Hernández, que hoy resulta insostenible tanto como coordinador de la bancada de Morena e incluso como senador de la República. Y lo es porque su caso exhibe la hipocresía de su narrativa: los mismos que criticaron a Felipe Calderón por Genaro García Luna, ahora hacen maromas para evitar que el escándalo de Hernán Bermúdez Requena embarre a “su hombre fuerte en el Senado”.
GARCÍA LUNA ‘4T’
Bermúdez, secretario de Seguridad en Tabasco de 2019 a 2024, fue detenido en Paraguay y extraditado a México. Lo acusan de ser el Comandante H de La Barredora, un brazo del CJNG dedicado a huachicoleo, extorsión y narcotráfico. ¿Quién lo nombró secretario? Nada menos que Adán Augusto, entonces gobernador de Tabasco.
Las revelaciones no son nuevas. Desde 2022, con los Guacamaya Leaks, había al menos diez informes militares que lo vinculaban al crimen organizado. Adán desestimó las filtraciones como “fantasías”. Y AMLO lo defendió asegurando que todo era un ataque de conservadores.
Hoy Bermúdez está en el Altiplano y a Adán le queda la misma frase con la que antes criticaba al PAN: “Ni modo que el presidente no supiera lo que hacía su secretario”.
REBELIÓN INTERNA
Pero lo insostenible no sólo pasa por sus amistades y gente de confianza. Según reveló Leticia Robles en Excélsior, 13 senadores de Morena ya le plantaron cara hace unos días para exigirle cuentas por más de 338 millones de pesos en subvenciones y le cerraron el paso en sus intentos de imponer presidentes de comisiones.
Por primera vez, la bancada decidió que las designaciones internas se votarán en urnas, no por dedazo del coordinador. En pocas palabras: ya le leyeron la cartilla.
La senadora María Guadalupe Chavira lo explicó así: “Ya no son los acuerdos que podíamos tener antes con él en su calidad de coordinador, ahora vamos a estrenar el voto libre y secreto“.
EL CÍRCULO SE CIERRA
En paralelo, la diputada panista suplente María Elena Pérez Jaén presentó una solicitud de juicio político para el desafuero de Adán. El argumento es sencillo: si Bermúdez fue su secretario, si durante años ignoró las alertas de la Sedena, entonces debe rendir cuentas. Y bajo la propia lógica de Morena, no debería estar representándolos.
Porque cuando se trató de Calderón, la consigna fue sencilla y repetida hasta el cansancio: él sabía. Pero ahora que se trata de Adán, la defensa es que “no hay nada que lo incrimine en este momento”, como dijo Claudia Sheinbaum.
CUESTIÓN DE TIEMPO
Según fuentes periodísticas recientes, el tabasqueño carga además con la sospecha de que Bermúdez “pactó” la elección de 2018 para allanar su llegada a la gubernatura. Sheinbaum intenta bajarle el tono, pero el daño político está hecho. La narrativa de que Morena tiene su propio García Luna ya está consolidada.
Adán soñaba con ser presidente, pero fue rebasado por Claudia Sheinbaum. Terminó como coordinador en el Senado gracias a López Obrador, pero hoy ni eso lo puede sostener. Su liderazgo se desmorona, su bancada ha empezado a limitarlo y sus vínculos con un criminal de alto calibre lo persiguen.
Adán Augusto, guste o no, ya es insostenible. La cuestión es: ¿cuándo lo dejarán caer?
EL DATO INCÓMODO
México sí fue el muro: el flujo migrante desde el sur se desplomó 85% en un año. El Instituto Nacional de Migración reporta el nivel más bajo en 25 años, incluso en repatriaciones desde EEUU las cifras que celebran en Palacio son las que soñaba Trump. Fuimos el muro… y sin que él pagara.



