LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ
Hace unos días inicié mi certificación en el programa Teaching and Learning Strategies for Higher Education, impartido por la Universidad de Harvard, en el cual se presenta una serie de materiales que tienen como punto principal rediseñar las estrategias pedagógicas, la comprensión profunda a través la reflexión diaria y crítica; una interacción y retroalimentación por compañeros; un vínculo con la teoría y su aplicación práctica en escenarios de enseñanza concretos; así como el rediseño del aprendizaje; todas estas son características que también podemos encontrar en el modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana.
Este modelo pedagógico propone que las actividades de enseñanza deben guiarse por los aprendizajes esperados, que son los objetivos para alcanzar en cada unidad de trabajo, grado o nivel. Además, el programa está diseñado bajo la propuesta de Backward design (diseño al revés), que se focaliza en la comprensión del estudiante sobre el significado de las actividades que realiza.
Pero no sólo es poner a los estudiantes en contacto con los contenidos, se trata de asegurar que tengan todos los recursos necesarios para entender mediante el diseño de actividades, lecciones y cursos con instrucciones transparentes y explícitas.
Resulta muy interesante ver que estos materiales de orientación pedagógica de una universidad como Harvard sean consistentes con algunos de los planteamientos de método pedagógico de la Nueva Escuela Mexicana, por ejemplo en lo que se refiere a la co-creación de contenidos y a la premisa de que la educación no sea concebida como ciclos inconexos, sino que debe ser entendida como un proceso que ocurre a lo largo de toda la vida y bajo los conceptos de aprender a aprender, actualización continua, adaptación a los cambios y aprendizaje permanente. La Nueva Escuela Mexicana establece la creación de materiales a partir de las necesidades de cambio para lograr la sociedad a la que aspiramos, bajo la decisión de fortalecer el vínculo de la escuela con su comunidad y hacer que los asuntos comunitarios sean materia sustantiva en los procesos didácticos.
Sin duda, el cambio de paradigma educativo exige una revisión profunda sobre su significado. El hecho de que la educación deba ser entendida para toda la vida, implica que debemos reconocer y atacar todos los factores socioeconómicos que impactan de forma negativa en el aprendizaje para que la escuela se convierta en un verdadero factor de transformación social. Esto nos plantea una realidad, que tenemos que salir de los formatos tradicionales para encontrar formas más adecuadas y contemporáneas para enseñar.
Twitter: @LuisH_Fernandez
