El país inseguro que desmiente al triunfalismo

México enfrenta una paradoja de inseguridad: pese a discursos oficiales, la violencia y el miedo siguen dominando la vida cotidiana.



Una paradoja nacional

México vive una paradoja que ya se ha vuelto costumbre: mientras el gobierno presume avances en seguridad, la realidad lo contradice todos los días. Las cifras oficiales se presentan con orgullo en Palacio Nacional, pero los mexicanos siguen encerrándose antes de que caiga la noche. Según los últimos datos de percepción, más de seis de cada diez ciudadanos se sienten inseguros en el lugar donde viven. No se trata de una sensación pasajera: es el resultado de una violencia que no cede, de un miedo que ya forma parte de la vida cotidiana.

La violencia que se expande

Esta semana, dos dirigentes del sector limonero fueron asesinados por oponerse a pagar las cuotas de extorsión impuestas por los grupos criminales. No fue un hecho aislado, sino otro episodio en el mapa de un país donde el crimen cobra derecho de piso, impone horarios y define quién puede trabajar y quién no. En vastas regiones, el Estado se ha vuelto apenas un espectador impotente -o ausente- ante la expansión de los cárteles.

El discurso y la realidad

Pese a esa realidad, el discurso oficial insiste en hablar de éxito. Las conferencias matutinas se llenan de gráficas y porcentajes que prometen reducciones en delitos de alto impacto, detenciones relevantes y un país en vías de pacificación. Sin embargo, las cifras no caminan solas: detrás de cada número hay historias de impunidad, comunidades bajo control criminal y familias que viven con miedo.

Más de 27 mil homicidios en la era Sheinbaum

Al cierre de esta semana, se confirmó un dato que desmiente cualquier narrativa de victoria: los homicidios dolosos en la era de Claudia Sheinbaum superaron los 27 mil casos. Veintisiete mil vidas perdidas en poco más de un año de gobierno son un recordatorio contundente de que el país sigue atrapado en el mismo ciclo de sangre que ha marcado las últimas administraciones.

Trump y la sombra del crimen organizado

Desde Washington, Donald Trump volvió a la carga afirmando que “México está gobernado por los cárteles”. La frase, provocadora y exagerada en boca del mandatario estadounidense, sin embargo, encuentra eco en lo que ocurre en amplias zonas del país. Paradójicamente, el propio Trump calificó a la presidenta Sheinbaum como “una mujer muy valiente”. Tal vez lo sea. Pero el país no necesita sólo valentía individual: requiere autoridad moral, eficacia y un Estado que realmente gobierne sobre todo su territorio.

Una deuda pendiente

Porque mientras los ciudadanos sigan pagando extorsiones, temiendo salir de noche o buscando justicia que nunca llega, ningún discurso triunfalista podrá ocultar la verdad. La seguridad no se mide en conferencias ni en cifras aisladas, sino en la tranquilidad de las calles, en la paz que se respira -o que no se respira- en cada comunidad.
Y en esa medida, el gobierno de México sigue debiendo su mayor promesa: el derecho a vivir sin miedo.