Martín Avilés / Ovaciones
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“Es hora de hacer historia”, dijo la sensación de los NBA Playoffs 2024, Anthony Edwards, en una atrevida proclamación antes del Juego 4 de los Minnesota Timberwolves ante Dallas Mavericks cuando estaban a un descalabro más de ser barridos. Pero después de provocar múltiples burlas y menosprecio por parte de sus detractores, al menos los Wolves han podido evitar un histórico 0-4 en la Final de la Conferencia Oeste y provocar un quinto juego.

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Después de caer en un demoledor bache de 3-0, los Timberwolves lograron mantenerse con vida tras vencer a los Mavs en el Juego 4, lo que obliga a un Juego 5 en casa, donde arropados por su gente, tratarán de mantener vivo ese sueño guajiro de Edwards, quien precisamente despertó en la serie para sellar su mejor juego hasta el momento ante Dallas con 29 puntos, 10 rebotes y nueve asistencias.

También reencontró su mejor versión Karl-Anthony Towns después de sufrir durante la mayor parte de la serie la que ha luchado contra problemas de faltas y una mala racha de tiros. Pero a pesar de ello, encestó 25 puntos con un asombroso registro de nueve de 13 en tiros de campo y cuatro de cinco en triples en una muestra de pundonor que sirvió para contener —al menos por un partido— al monstruo bicéfalo conformado por la dupla Luka Doncic y Kyrie Irving.

Los Mavericks parecieron sorprendentemente agotados durante el cuarto juego y lucieron mucho menos sólidos que al principio de la serie. Irving y Doncic anotaron grandes tiros en los tres juegos previos para darle a los Mavs la ventaja. Pero no pudieron eliminar a los Wolves cuando parecían tener toda la confianza —y talento— para sacar la escoba.

La fiera mirada de los T’Wolves está enfocada en una hazaña imposible, o al menos así lo ha sido a lo largo de la historia de la postemporada. Por el momento, tienen la oportunidad de lograr una sorprendente reducción de un demoledor 0-3 y reducirlo a una mínima desventaja de 2-3 este jueves, lo que prepararía el escenario para potenciales Juegos 6 y 7, mismos que serían en casa de Minnesota.

Pero ningún equipo ha avanzado jamás después de perder sus primeros tres partidos en una serie de la NBA, y mucho menos en Finales de Conferencia. Los Boston Celtics llevaron al Miami Heat al séptimo juego el año pasado. Empero, perdieron ante un duro equipo del Erik Spoelstra liderado por un Jimmy Butler imperial.

Remontar un déficit de 0-3 es una misión imposible para Minnesota y será aún más complicado si sus estrellas no pueden replicar un juego casi perfecto como el cuarto de la serie. Los altibajos de Towns y Edwards en los últimos días son el asterisco en esta ecuación. Pero si tienen alguna esperanza de escribir esa historia que jamás se ha contado anteriormente, deben ser más consistentes que nunca.